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Zaida Muxí Martínez, Mujeres, casas y ciudades. Más allá del umbral. Barcelona: dpr-barcelona, 2018

¿Y si despertamos el espíritu crítico?

Bibliografía aportada por la autora Zaida Muxí

Para este 8M comenzaré con una llamada a la reflexión a tantos compañeros de profesión, así con O, tanto hombres como mujeres arquitectOs, es decir mujeres que cuando ejercen su profesión no llevan la mochila de la experiencia de género, ni del cuerpo sexuado, y pretenden actuar desde la falsa neutralidad aprendida del falso objetivismo científico. Me dirijo especialmente a aquellos que están, como yo, en la docencia. ¿Cómo puede ser que aún hoy encontremos profesores que sean capaces de banalizar los conocimientos y las reflexiones que desde los feminismos y la aplicación de la perspectiva de género se han aportado al saber compartido de la arquitectura y el urbanismo? O que ante la pregunta hecha por una estudiante a un profesor de por qué no cita mujeres en su curso de arquitectura del siglo XX, éste se atreva a contestar que él no conoce ninguna y por ello no las pone. ¿No es su tarea como profesor estar actualizado, conocer, indagar?  Estoy cansada de sentir que es algo que “no entienden, por qué no conocen, y que entonces no les es válido” o es algo en lo que “no están de acuerdo, en lo que no creen”. Me parece bien (o no tanto, pero allá ellos) que no sepan o crean, pero su labor no es crear clones de sí mismos, sino favorecer el espíritu crítico y el camino propio de cada estudiante.

Aclaremos lo básico. Vamos por partes; aplicar la perspectiva de género interseccional es entender que los seres humanos, en nuestras sociedades, estamos pautados por roles asignados y atravesados por diferencias de clase, edad, origen, etc., que hacen que vivamos distintas experiencias derivadas de esos deberes y derechos otorgados; y que en la práctica significan desigualdades. Por ello, aplicar la perspectiva de género en arquitectura y urbanismo nos tiene que permitir trabajar para sociedades más igualitarias y justas. Se trata de tener iguales derechos, manteniendo las diferencias, sin la absurda pretensión que todas las personas encajemos en el símbolo sagrado del modulor, o en el estadístico hombre medio. Pretensión que además de imposible es indeseable. Las personas somos diversas e ignorarlo resulta contraproducente e injusto porque genera desigualdades. Por ello, reconocer las diferentes necesidades que enfrentan las personas, para quienes proyectamos, nos permitirá dar respuestas más ajustadas que si lo hacemos para un ser “objetivo medio, neutral y universal” o para el propio proyectista como medida de todo. ¿Cuántas veces hemos escuchado como criterio en una corrección “a mí me gusta así”? Y como resultado escuchamos a los estudiantes preguntar a cada profesor cómo le gusta. Evidentemente no es cuestión de gustos, sino de resolver problemas reales. Es cuestión de saber leerlos, analizarlos y dar respuestas con las propias herramientas.

El feminismo está compuesto por diversidad de opiniones y tendencias y lo podemos definir básicamente con la sencilla e impactante frase de Marie Shear (1940-2017) “El feminismo es la noción radical que las mujeres somos personas”. ¿Y esto como se aplica a la arquitectura y al urbanismo? La respuesta es que se aplica reconociendo y desvelando genealogías femeninas, nombrando mujeres arquitectas, sus obras y sus aportes, y no en función en su filiación o parentesco con algún arquitecto. Se aplica reconociendo y asumiendo la responsabilidad de que nuestra profesión es una potente herramienta para el cambio, por ello debemos ser muy conscientes de lo que proponemos; y en este sentido tenemos que trabajar para un mundo más justo e igualitario, no para seguir reforzando los privilegios y las desigualdades.

[…] De diferentes realidades vividas se obtienen diferentes experiencias, por lo tanto, diferentes datos de partida para abordar la resolución técnica de cualquier proyecto. Distintas experiencias tanto desde los roles de género como desde los cuerpos sexuados diferentes. Reconocer estas diferencias no significa reafirmar la desigualdad sino, reconocer que diferentes experiencias conllevan diferentes maneras de conocer y ser en el mundo, y se ha de aprender a otorgar igual valor a las diferencias. 1

Para aquellos que dicen no conocer, y en ello se escudan para no incorporar los feminismos y la perspectiva de género, les anuncio que estamos trabajando en un sistema de recursos bibliográfico y recomendaciones para que puedan hacerlo. Con este trabajo las excusas se habrán acabado ¿encontrarán una nueva para seguir obviando el conocimiento, las aportaciones y las necesidades de más de la mitad de la población?

 

CONTINUARÁ…

Notas de página
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Zaida Muxí Martínez, Mujeres, casas y ciudades. Más allá del umbral. Barcelona: dpr-barcelona, 2018

Por:
(Argentina, 1964) Vive en Barcelona y nació en Buenos Aires, arquitecta por la FADU-UBA en 1988 y doctora arquitecta por la Universidad de Sevilla en 2002; profesora del Departamento de urbanismo y ordenación del territorio de ETSAB-UPC. Entre 2015 y 2019 ha sido Directora de urbanismo, vivienda, medioambiente, ecología urbana, espacio público, vía pública y civismo de Santa Coloma de Gramenet. Especialista en arquitectura y urbanismo con perspectiva de género y feminista. Autora de entre otros: La arquitectura de la ciudad global (Gustavo Gili, 2004) Arquitectura y política. Ensayos para mundos alternativos (Gustavo Gili, 2011) y Mujeres, casas y ciudades. Más allá del umbral (DPR-barcelona, 2018)
  • Marta - 10 marzo, 2020, 10:29

    Enooorme Zaida Muxí ?

    • zaida - 10 marzo, 2020, 14:43

      gracias Marta!!!!

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