Ronal Rael, “Borderwall as Architecture”
“Un muro en la frontera con México nos ahorraría muchísimo dinero.”
“Me gustan los mexicanos, pero México no es nuestro amigo. Ellos nos matan en las fronteras y nos están matando en los trabajos, y en el comercio.”
“Multaré a México con 100.000 dólares por cada persona que entre de forma ilegal a Estados Unidos.”
“Prohibirles la entrada es algo de sentido común.”
Son frases cargadas y dirigidas a activar las emociones del público y el electorado, frases que exteriorizan el sentimiento patriótico. Más allá de este discurso, la retórica utilizada por Trump pone de manifiesto el vínculo emocional entre los ciudadanos y su territorio.
Al igual que señalaba en post anteriores, el escenario dónde se producen tus primeras emociones es el hogar, espacio público y territorio en el que creces. Esas experiencias, detonadas por las emociones, pasan a tú memoria y hacen de ti el ser único que eres. Todos los habitantes del mismo territorio compartimos el mismo escenario para nuestras experiencias, de este modo nos sentimos parte de un grupo más allá de la familia y los amigos.
Pero este territorio no solo es el escenario de tus experiencias también es el responsable de que se vean cubiertas tus necesidades mínimas para tu subsistencia. Ya sea porque es un país con buenos campos de cultivo o rico en materiales, por ejemplo.
Ahondando más en este vínculo con el territorio y el país, lo que somos como colectivo, el relato de nuestra historia, está construido en nuestras ciudades, edificios, así como en los monumentos, en los paisajes y en las infraestructuras que llenan el territorio. De este modo se define nuestra identidad histórica.
Cuando esto se ve amenazado las emociones se despiertan. Agitar esta bandera hace que te movilices de una forma u otra contra la amenaza.
Pero ponte por un momento en la piel del otro, del extranjero. Dependiendo si eres un visitante , un inmigrante o un refugiado tu vinculación emocional será diferente.
Si eres un visitante tu relación emocional con el territorio y sus habitantes es pacifica. Compartís el país por una temporada. Sabes y sientes que no perteneces a ese lugar aunque si estas a gusto puedes pasar una temporada. Tienes completa libertad para volver a tus raíces.
Al contrario te sucedería si eres inmigrante, ya no tienes libertad total. Estas en un país siendo extranjero por pura necesidad, en tú país de origen no puedes cubrir las necesidades mínimas. No perteneces, no eres un ciudadano tu vinculación emocional hacia el país que te acoge probablemente sea contradictoria y en muchos casos estresante.
Siendo un refugiado el miedo será la principal emoción que te vincula a tu país de origen, a dejado de ser un sustento y refugio para ser una amenaza. Mientras que en el territorio de acogida te espera un largo proceso de adaptación en el que las emociones juegan un papel fundamental. Es un cambio radical y forzado que afecta a tú mundo emocional. Y no terminará hasta que consigas adaptarte a la sociedad y al lugar. Y todo esto pasa por crear lazos emocionales nuevos con el territorio y la sociedad de acogida.
¿Has estado alguna vez en una de estas situaciones? ¿Qué emociones has sentido?
BIBLIOGRAFÍA:
_Ricoeur, Paul, La condición de Extranjero. Anuario Colombiano de Fenomenología.
_Cárdenas Mejía, Luz Gloria, Retórica y Emociones. La construcción de la experiencia humana del lugar. Editorial Aula de Humanidades.