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Ventana no platicable (2019) Boceto a tinta de la autora
Tosca – Suzuki (2000)
Hace casi un año me ofrecieron mi primer contrato indefinido en una empresa de construcción en el extranjero.
Muy astutos los managers, en vez de tirarme al engranaje (en ese entonces hubiese salido despavorida) me plantaron en la mesa la tarea de proyectar dos pequeñas casas-bodega en unos viñedos.
En algunos sitios la figura del arquitecto perfilada a media tinta entre dos profesiones, no es muy común. Deduzco que el dilatado periodo de gestación en la universidad española tiene como objetivo forjar además de conocimientos constructivos una personalidad que hace uso de la intuición con criterio. Aporta resiliencia para mediar entre los distintos agentes, arrojando soluciones polifacéticas.
Me dieron tralla con el BIM, y me tomé como algo personal el darle vida a esos planos, dibujos y datos generados automáticamente por el ordenador, de manera que ahora los miro y parece que son míos.
Entre medias me dijeron que presentase un proyecto para una residencia de estudiantes, acorde a una normativa local traducida, que permita un buen aprovechamiento de la parcela.
Recuerdo mi paso por la universidad como un tiempo dorado, en el que se aprende tanto de los compañeros en las terrazas como dentro de las aulas. Recuerdo muchas tardes dibujando o estudiando con la ventana abierta de par en par, arañando el mundo exterior, intentando convertir la habitación en un balcón.
Desertando del pasillo, resolviendo la circulación por medio de balcones en torno a un patio interior, podremos invertir esos m2 en espacios comunes o habitaciones en planta baja. Nada nuevo.
Miro a Budapest y miro a Madrid: la tipología se repite.
Me dicen que el cliente no quiere ni balcón ni ventanas practicables.
Hago revisión mental del librillo 1 , e ingenua de mí digo: “ ¿será por la normativa de ahorro energético o salubridad? El habitante ha de tener la libertad de desequilibrar el sistema de ventilación. Para eso están los sensores.”
A lo que me responden: quiere un edificio acorde al “American security standard” 2 . Su requisito tiene como fin evitar suicidios de estudiantes que en algunos casos se encuentran sometidos a condiciones de estrés extremas.
Se pueden imaginar mi cara y mis manos, intentando explicar que en vez de construir edificios a prueba de suicidios debemos planear arquitecturas que permitan el intercambio. Un lugar en el que vivir bien.
Es el contacto con el exterior y con los demás es lo que permite aliviar las tensiones.
La ventana no practicable no es ventana sino tabique. A mi parecer, tiene más que ver con la ventanilla de seguridad de un banco.
Vistas panóramicas. Ventanas ficticias. Marcos, o pantallas.
Ventana rascacielos.
Nada nuevo, ni bueno, ni malo. Pero igual podríamos cambiarle el nombre.
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Ventana en Taro de Tahíche (1968) César Manrique © Alastair Philip Wiper (2014). [fotografía]. Recuperado de https://alastairphilipwiper.com/blog/world-cesar-manrique-lanzarote
Por ahora aquí me quedo, pensándomelo. Con vistas de trabajar desde casa algún día, allí donde huele a mar.