Barcelona. Poble Nou-22@. Red de escuelas y equipamientos educativos. Calle Peru-Paraguay y su potencialidad como centralidad de barrio. Fuente: mayorga+fontana arquitectos
Nos encontramos en un período muy fructífero y con nuevas reflexiones sobre las escuelas en Cataluña. Circulan ideas, iniciativas y propuestas que plantean formas de revisar y actualizar el rol de los centros educativos de la ciudad, para aprovechar mejor sus posibilidades y potenciales urbanísticos, arquitectónicos, pedagógicos, sociales y ambientales. Podemos mirar estas iniciativas de distinta índole para tener una visión del estado actual de la cuestión: el concurso “Hack the School. Espais per aprendre i conviure” organizado por la Fundación Bofill; la XXIX Edición de los premios Habitàcola “El pati d’escola”, organizada por ArquinFad; las jornadas “Nous espais, nous aprenentatges. Repensem els espais educatius”, organizadas de manera conjunta entre el COAC, el Departamento de Educación y la Fundación Bofill; el “Concurs d’idees-pòster per a la transformació de centres educativos”, promovido por el COAC; diversos programas municipales de Barcelona entre los que destaca el más reciente de “Adaptació climàtica a les escoles blava, verda i grisa”, reconocido por la Comisión Europea como Acción de Innovación Urbana para convertir los centros educativos en refugios climáticos. Y también algunos espacios de intercambio de ideas sobre renovación pedagógica: «Com està el pati? Xarxa en acció pels espais exteriors de les escoles” de la Asociación de Maestros Rosa Sensat «; el blog “El Nou Safareig” donde se comparten experiencias sobre el patio como espacio educativo o la fundación de la reciente Asociación Patios Habitables, basada en una red nacional de profesionales de diferentes especialidades y que cuenta con más de 4000 seguidores.
Con este panorama no solo es fácil darse cuenta de la trascendencia e interés que tiene el tema, sino que también podemos identificar algunos aspectos clave de naturaleza y escalas diferentes: el mobiliario; el aula; los espacios de transición y sobre todo el patio; los espacios exteriores y el entorno urbano. Este último aspecto merecería especial atención por centrarse en las condiciones ambientales de la escuela y en su potencial de integración con los barrios. Aunque no faltan medidas y propuestas que pueden mejorar la relación de las escuelas con sus entornos urbanos (los programas “Camí escolar. Espai amic”, “Patis Oberts” y “Omplim de vida els entorns escolars” e incluso la implantación de las “Superilles”), si se abordan de manera más articulada pueden llegar a ser instrumentos más eficaces para enfatizar el papel de las escuelas y de sus sinergias como centralidades de barrio, hecho que obligaría a repensar como se establecen las relaciones entre el centro escolar y su entorno físico y social específico, con los otros edificios y actividades urbanas, y con los otros espacios colectivos de barrio.
Un estudio realizado en el Poblenou-22@ 1 basado en este enfoque, aplicando nuevos instrumentos y métodos de análisis y proyecto urbano, ha permitido valorar las posibilidades de mejora de los barrios, enfatizando las sinergias que se producen, o que se pueden producir, reconociendo el gran potencial de los centros educativos en la configuración de un sistema distribuido de centralidad urbana de proximidad. Este cambio de modelo en la concepción del “mapa escolar” en los barrios, podría promover una nueva “habitabilidad” en los entornos escolares fortaleciendo las relaciones cotidianas de vecindario y equilibrando las vinculadas a la población flotante. La escuela ocupa un lugar en la ciudad con características muy concretas y con un alto valor simbólico para la comunidad educativa. Mejorar las relaciones físicas con su entorno específico y potenciar las relaciones y sinergias con otros espacios es tan necesario como la mejora de sus espacios interiores. “Ir al cole” es tan importante como “estar en el cole” y la realización de planes, programas y proyectos en los espacios colectivos y públicos relacionados con las escuelas permitirán reforzar su papel educador mucho más allá del aula. Haciendo centralidad, barrio y ciudad.