Cosas que me hubiese gustado saber a los 25 sobre el trabajo de arquitecta (parte I)

Cuando terminamos de estudiar y empezamos a trabajar, partimos de cero. Se resetean nuestras ilusiones. “Voy a demostrar de qué soy capaz”, me decía a mí misma, cuando comencé las prácticas.

 

En seguida advertí que cambian las reglas del juego establecido en la Universidad. Para garantizar mi continuidad en un estudio, no solo tenía que saber manejar programas informáticos y entregar dibujos bien ejecutados. Además de acumular experiencia y especialización, resultaba igual de importante (o más) madurar mis habilidades personales (ser puntual, tener una buena capacidad para priorizar tareas, trabajar en equipo, etc.)

 

No contar con estas competencias… podía ser motivo suficiente para que no quisieran seguir contando conmigo. Eso no se aprende en la Escuela.

 

Desde mi punto de vista, resulta muy importante acatar desde el principio de la vida laboral tareas diversas que te permitan investigar en qué puedes destacar. En mis inicios, desconocía mis puntos fuertes, y las distintas actividades que afrontaba me ayudaban a descubrir mis aptitudes al implicarme en actividades comerciales, de gestión, etc.

 

Llegué a afrontar con gusto algunas actividades que, a priori, me costaban muchísimo, tras un proceso necesario de aprendizaje y adaptación inicial. Eso me hizo entender la importancia de encarar los aspectos de la profesión que me asustaban, aquellos en los que me sentía insegura, sabiendo que, con el paso del tiempo, su ejecución me iba a resultar paulatinamente más llevadera. Por ejemplo, coger el teléfono para hacer una gestión representaba para mí una tortura absoluta. Sin embargo, con la práctica, hasta conseguí disfrutar con ello.

 

Siempre he tratado de conseguir paciencia y templanza (y la capacidad de establecer cuándo debía hacer uso de ellas). Muchos de nosotros hemos vivido situaciones que nos han hecho sopesar si debemos tirar la toalla, sobre todo, cuando estamos sometidos a un estrés importante o si las contraprestaciones personales que aporta la actividad laboral son numerosas.

 

Cuando nos compadecemos y hacemos caso a nuestro diálogo interno con justificaciones del tipo “no tengo por qué aguantar esto” o “esto no es justo”, es posible que nos apartemos de nuestros verdaderos objetivos. Una vez, hace tiempo, abandoné un empleo (entre otros motivos) porque me costaba mucho resistir el acoso laboral al que me sometía un superior. Después de tomar esta decisión, tampoco me sentí mejor, porque en seguida entendí que mi reacción no me había hecho aprender cómo solucionar la situación.

 

La vida hizo que, de nuevo, en otro trabajo, se me presentase una situación de conflicto. Esta vez, decidí afrontarla de otra forma. Opté por no ser emocional, evitar responder a las provocaciones, y seguir trabajando con ahínco, cumpliendo mi horario, acatando mis obligaciones. Decidí no huir. Meses después, obtuve la recompensa a mi esfuerzo.

 

Aprendí que es importante encarar las dificultades para no repetir los mismos errores. Resulta curioso advertir que lo que te hace tropezar se presenta varias veces, de distinta forma, hasta que lo resuelves. Por eso, cuanto antes te pongas a ello, mejor, trabajes como autónomo o asalariado… También he vivido ambas experiencias, trabajar con contrato y presentar el IVA trimestral. Os lo contaré en otra entrega. Mientras, seguiré entrenando mi paciencia y mi templanza.

Por:
Arquitecta en Morph Estudio y Directora de Proyectos de Hospitality. Es arquitecta por la UPV con un posgrado en Interiorismo en IED Barcelona. Ha colaborado como Consultora de Interiorismo en Retail con la Cámara de Comercio y fue la Coordinadora del Proyecto Umbrales by Philips de Visual Merchandising. Fundó un estudio propio y un centro de formación después de trabajar en Typsa durante varios años. Como docente y ponente, ha participado en charlas y talleres en el COAM, la Universidad Rey Juan Carlos, o las Facultades de Arquitectura de Valencia y Alicante. También ha colaborado con la agencia de comunicación de Arquitectura Pati Núñez Agency (Barcelona). Ha diseñado Pabellones, Panteones, Clínicas, Hoteles, Viviendas... y ha publicado proyectos en Proyecto Contract y en Dezeen.

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