Hace un par de años, mientras desarrollábamos un plan urbano, pedimos al ayuntamiento toda la información geográfica que tuvieran. Pronto descubrimos que el último levantamiento exhaustivo consistía en un conjunto de archivos en formato desconocido. Resultó ser de un programa para el que hacía años que no tenían licencia. Tuvimos que formatear un ordenador para instalar Office 95 sobre una versión igualmente vetusta de Windows, y aun así sólo pudimos recuperar una pequeña parte de esa información oficial. Pagada con dinero público. De vital importancia. Y completamente inútil.
¿Suena absurdo? Lo es. Y es solo una anécdota en un mar de sinsentidos que sólo se solucionan usando formatos abiertos y estándar. Formatos que cualquier desarrollador pueda implementar en su aplicación, y que faciliten la libertad de elección, el acceso y la interoperabilidad…
… entre programas:
Uno de los vicios del software de arquitectura (hola, Autodesk) es el uso de formatos de archivo propios, opacos y nada estandarizados. Con ello refuerzan el efecto lock-in, bloqueando nuestra libertad para cambiar de herramientas y manteniendo monopolios de facto. Haz que sea necesaria la ingeniería inversa para incorporar soporte para .dwg en otros programas o ignora OpenDocument haciendo que el .doc sea difícil de implementar al 100%, y lograrás que AutoCAD y Word, respectivamente, sigan dominando.
El uso de formatos abiertos y estandarizados nos devolvería esa libertad. Y ahorraría esfuerzos a quienes tratan de hacer más comestible la actual ensalada de formatos, como el Document Liberation Project, o a herramientas concretas como LibreCAD, que es cada vez más compatible con Revit y similares a través de IFC.
… entre partes:
Al colaborar, inadvertidamente, podemos imponernos formatos unos a otros. Especialmente en casos como la administración: exigir la documentación en formato cerrado fuerza a miles de personas a usar una aplicación concreta. Ya llevamos años a vueltas con eso, y lo que nos queda.
Necesitamos formatos que faciliten la cooperación sin renunciar a la diversidad de herramientas. El propio Observatorio es.BIM incorpora la adopción de formatos abiertos en las licitaciones públicas como uno de sus indicadores… que, por suerte, va mejorando. Entre otras cosas, el avance de los «datos abiertos» está impulsando a la vez la adopción de formatos más universales.
… entre momentos:
Tendemos a olvidar que el tiempo pasa y, con él, cambian nuestras herramientas mientras nuestros archivos permanecen, cada vez más desactualizados e inaccesibles. Dar soporte a formatos de archivo antiguos es más factible si siguen un estándar ampliamente adoptado, bien documentado y fácil de implementar.
Los formatos abiertos, además, permiten a personas con distintas versiones de un programa colaborar entre sí, sin forzar (hola, Adobe) a actualizarse, hacer apaños o usar formatos de intercambio a costa de perder funcionalidades.
La base de datos que devolvimos al ayuntamiento estaba en formato estándar, legible por cualquier programa SIG. Porque si no exigimos a las instituciones, a nuestros colaboradores y a nosotros mismos el uso de formatos abiertos podemos encontrarnos, como ellos, con nuestra información más valiosa encerrada en una caja negra que no podremos abrir.
Hola Jorge.
Lo peor es que a veces incluso hay software que lleva a cabo ese uso de formatos cerrados sin que te des cuenta.
Estoy trabajando en un estudio donde se utiliza maxwell render y algo tan sencillo como reutilizar geometría es imposible. Pese a contar con un exportador a OBJ, el software marca por defecto como protegido todo el contenido de los archivos generados y solo exporta a su formato nativo.
Así genera esa jaula de la que no puedes salir porque si lo haces pierdes el trabajo realizado.
Lo mejor de todo es que en el manual lo venden con una «feature» que protege tus trabajos si, por ejemplo, los envías a una granja de renderizado.
Sí, es muy fuerte hasta dónde llegan algunas empresas en la restricción, siempre con excusas de comodidad o seguridad. Como si no hubiera forma de dar una buena experiencia de usuario sin restringir libertades.