Arquitectura que no se ve

Acceso a la Torre de Vigilancia del Castillo de Jorba (Barcelona). ADRIÁ GOULA

Acceso a la Torre de Vigilancia del Castillo de Jorba (Barcelona). (c) ADRIÁ GOULA

Por: Anatxu Zabalbeascoa

Desde: Del tirador a la ciudad

 

Hacer nada es hacer arquitectura. No es una boutade. Lo demostraron Anne Lacaton y Jean Philippe Vassal en una, ya memorable, “no intervención” sobre la plaza Leon Aucoc de Burdeos. Su propuesta: “cuidado, riego, más asientos y mantenimiento”, forma ya parte de la historia de la arquitectura más cabal. En esa línea, resistiéndose a diseñar, construir y hacer nada más que lo necesario, la intervención del equipo de Carles Enrich para recuperar el acceso a la Torre de Vigilancia del Castillo de Jorba, en la comarca barcelonesa de L’Anoia es un ejercicio parecido de orden, señalización, limpieza y quitarse de en medio.

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