Por: Alberto Ustárroz
Desde: Colección arquia/tesis
“¿Cuál es el carácter de una obra de arquitectura nacida de la mirada a las Ruinas, nacida como consciente homenaje personal a ellas? ¿Por qué la obra del arquitecto que mira a las Ruinas –de Brunelleschi a Palladlo, de Soane a Kahn- es una obra original, a pesar o más bien yo diría, por representar una lectura del pasado? Podría pensarse que esta mirada a las Ruinas es un simple pretexto para construir la propia obra, pero entonces: ¿por qué se nos hace tan difícil pensar una arquitectura independiente de estos restos del pasado, desde nuestra experiencia occidenal? Pues esta arquitectura existe precisamente porque es un repensar el pasado.
Pasado entendido como algo absolutamente original, esto es: él mismo entendido como origen, comienzo, cada vez que lo miramos como si fuéramos los primeros en verlo. Auténtico pasado, momento germinal que anula, rechaza la simple copia, ajena a la cronología. Es cierto que los antiguos no son nuestros contemporáneos estrictos pero precisamente por eso, con nuestro trabajo —la mirada a las Ruinas— podemos interpretarlos, hacerlos presentes y oírlos con nuestra propia voz. Este mirar interesado nos revela lo que es ese pasado y también, en simetría necesaria, lo que es nuestro presente, pues en este alejamiento implícito, estamos -ventajosamente- tan lejos de los antiguos como de nuestro propio mundo. Pensando en griego y en romano al mirarlas, entendemos mejor nuestro presente, como leyendo a Platón o a Aristóteles entendemos mejor a los pensadores actuales. Por eso la lección de las Ruinas es obligadamente omnicomprensiva, incluye principalmente nuestro presente, sin el que nada en ellas sería inteligible. (…)”
USTÁRROZ, Alberto: La lección de las ruinas. Presencia del pensamiento griego y del pensamiento romano en la arquitectura. Colección arquia/tesis nº1. Fundación Arquia 1997
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