Estimado compañero y candidato (con la confianza de ser uno de tus futuros administrados, permíteme que te trate de tú).
He podido conocer que te presentas a las elecciones para presidir el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España. Disculpa si me dirijo a ti, pero entiendo que es el momento en el que puede ser más útil; probablemente, más adelante las difíciles realidades del cargo te impedirán escuchar otras voces.
Sé que probablemente no lo necesitas, todos los que os presentáis sois gente capaz y tenéis una dilatada experiencia en el mundo profesional en un sentido u otro; tus electores –el cónclave de 19 consejeros de decanos y presidentes de consejos autonómicos- son profesionales igualmente capaces.
Me habría gustado que fueras elegido por sufragio universal entre colegiados, pero las cosas son así por el momento. En unas semanas, pocas, serás el máximo representante de la profesión ante la administración. Tus decisiones influirán en nuestro desarrollo profesional, estemos colegiados – más de 47.000 arquitectos- o no –estimamos que ¿otros tantos?-. Así que, lo primero es desearte la mejor de las suertes y aciertos.
Lo segundo es animarte a impulsar una visión optimista de la profesión en contra de una corriente palpablemente más pesimista de la que –no lo niego- a veces me veo rodeado. Una especie de versión Malthusiana por la que se concluye que somos muchos y cada vez seremos más, por lo que estamos abocados a devorarnos entre nosotros, que nuestra única salvación es mantener competencias y enfrentarnos cual Daoíz y Velarde a los invasores de nuestro trabajo. Los datos no se discuten, se comprueban; es verdad que somos más arquitectos en ejercicio que nunca antes pero, igualmente, el acceso a medios y servicios hacen que nuestros clientes sean exponencialmente mayores. ¿Quiénes van a desarrollar las ciudades que necesitan 2.500 millones de personas en los próximos años?
De hecho, te escribo a más de 5.000 km de distancia. Es cierto, da vértigo hablar de estas distancias, como sin duda le habría sucedido al arquitecto que a inicios del siglo pasado me hubiera visto durante años dirigir obras por toda España en las que hay que ir y volver en el día. Te lo confieso, soy afortunado porque ejerzo en una empresa en la que valoran mi formación y me pagan por solucionar problemas sobre la accesibilidad de las personas, el ahorro del consumo del agua o de la energía entre otros. No ha importado mi colegiación, ni mis atribuciones, sino mis capacidades. Si lo puedo hacer es porque mi formación ha sido más que adecuada en muchos campos.
No soy el único. De hecho, si miras los datos más conservadores, un mínimo de 7,8% de los titulados trabajamos fuera de las fronteras españolas (datos que no recogen desplazados de empresas), otros estudios elevan sensiblemente este porcentaje entre los arquitectos. Si referimos este porcentaje a los datos previos observarás que hay un auténtico COA “flotante” en ultramar y que, pese a los esfuerzos de algunos Colegios, distamos mucho de estar representados en el Consejo que vas a presidir.
Te escribo porque los arquitectos españoles, trabajemos cerca o lejos de casa, necesitamos tu ayuda. Aquí afuera no saben mucho de máster habilitante o de competencias. Aquí afuera se emplean conceptos como MA o MSc o Project Management. Aquí afuera se trabaja en equipos multidisciplinares y en los que podemos dar mil vueltas a consultores anglosajones de diferente pelaje. Pero hay que creérselo y saberlo hacer. Necesitamos que trabajes eficazmente con el ICEX, las universidades y las escuelas de negocios para obtener los máximos reconocimientos y eficacia en la formación. Que hables no solo con las administraciones españolas, sino con las de los países que acogen a los arquitectos españoles. Tenemos tecnología y conocimientos, necesitamos de estructuras sociales y empresariales que lo impulsen.
Te animo a que levantes la bandera del optimismo y la calidad en la profesión. Termino como empecé, deseándote la mayor de las suertes.
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N.A. El Pleno de Consejeros del CSCAE elegirá a su nuevo presidente este mes de Noviembre (+ info)
Totalmente de acuerdo.
Para más INRI el Colegio te cobra igual su estás en el extranjero, es decir aunque ni siquiera uses el suelo de su edificio, y a cambio no recibes un mínimo asesoramiento o representación en tu forma de ejercer la profesión.
Es decir, la profesión sigue dirigida por quienes representan la antigua selecta manera de ejercer, o la endogámica Universidad, o los trampolines de pre-políticos.
Mientras, el ejercicio REAL de la profesión, luchando individualmente sin eficaz ayuda o coordinación, y costeando la fiesta a esa minoría dominante. :-(
Estimado Enrique,
No necesito justificarme porque de sobra sabes que coincidimos en algo tan básico como en que los COAs o son útiles a los profesionales y cuestan lo que valen, o desaparecerán; sin embargo es complicado pretender que el CSCAE entre en la política de cuotas y servicios de los diferentes Colegios tal y como han quedado durante la crisis.
Es verdad que en su día, y dado que una parte importante de la cuota de los Colegios es la repercutida del CSCAE, solicitamos a la Asamblea del CSCAE que si un COA hacía un esfuerzo para reducir la cuota colegial, ya fuese por desempleo, nueva coligación, etc… lo lógico sería que la parte proporcional del CSCAE fuese también mejorada. Me temo que no se nos hizo mucho caso, aunque dado el tiempo que llevo desligado , no puedo asegurar cómo terminó el asunto.
Es verdad, un colegiado expatriado no necesita en sí un COA, ya que no visa y prácticamente ningún servicio de los que regularmente ofrecen los Colegios puede ayudarle. Sí necesita de un fuerte respaldo del título y ciertas asesorías muy concretas. Si este servicio fuera realmente coordinado por el CSCAE, muy probablemente la cuota se podría limitar a la parte del CSCAE y al mínimo (por mantenimiento de la coligación y/o la parte obligatoria) en el respectivo Colegio; si uno fuese a visar o a recibir otro servicio porque le interesara, entonces sí pagaría gustosamente el resto. Pero para que eso suceda, las cuotas colegiales tienen que estar realmente ajustadas, como la lógica indica y la ley pretende que lo hagan, a una parte obligatoria mínima y un coste de servicios real a precio de mercado…
Otra opción es considerar al colegiado expatriado fuera del ámbito territorial de los COAS, como sucede en la realidad, y colegiarse directamente en el CSCAE. A la hora de volver, se recolecta donde vaya a ejercer. No sé si esa posibilidad pueda tener siquiera cabida conforme a la ley… hay tema, que se dice
Excelente artículo Diego.
En una de las propuestas ( en realidad formuladas hace ya bastante tiempo) de mi programa.
Un nodo de interconexión y atención (asistencia tecnica y jurídica) en el CSCAE para todos los arquitectos españoles en el exterior.
No sabía que estabas ahora tan lejos, pero hoy disponemos de medios para compensar la distancia. Ahora hay que utilizarlos
Mucho ánimo, suerte y adelante.
Un abrazo.
Gracias Antonio.
Disculpa que no te contestase antes, pero estoy por un tiempo en Oriente Medio y aquí hoy es laborable.
Me alegro que te haya gustado, espero que suceda lo mismo con los otros candidatos. Estoy seguro que cualquiera de los cuatro lo haréis muy bien. Si os sirve como punto de partida para una mejor reflexión que la mía, me doy por muy contento.
Si tienes la suerte de ser elegido, tal y como os comento en el artículo, la mejor de las suertes; si no, aquí tienes un amigo y compañero :)