MOISÉS GALLEGO REMEMORA A ENRIC MIRALLES

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Por Moisés Gallego

Desde  Homenaje a Enric Miralles

“Enric era de una promoción anterior a la mía, me matricule en el año 1973, un año después de su ingreso. Como estudiante fue a partir de tercero o de cuarto curso cuando empiezas a tener conciencia de que formas parte de una determinada promoción, tal que empiezas a conocer compañeros de un curso que están por encima y de otros un año atrás. De entre los que andaban por delante empezó a destacar la figura de Enric Miralles. La razón se debía a que ya se comentaba, no solamente entre su curso sino que los ecos llegaban al nuestro, sobre la finura y precisión de sus dibujos. Cuando el soporte era papel vegetal, solía hacerlos con una pluma “Rotring” de espesor mínimo, con punteros de 1,2 que eran tan delicados que si no desplazabas la pluma perfectamente perpendicular sobre el vegetal la puntera se doblaba, dejando de servir. Las plantas, alzados y secciones se dibujaban con el mismo grosor sin especificar jerarquía entre lo representado, igualando las líneas de corte con las de proyección e incluso con auxiliares si venían al caso. Alzados secciones y plantas en ocasiones se entremezclaban con un único resultado que obedecía a entender cada fracción del dibujo como la parte de un todo, de tal forma que la suma del conjunto representado ofrecía la dimensión total del edificio. Apareció el inicio de un nuevo lenguaje del dibujo como una nueva forma de proyectar. Además destacaba la belleza del dibujo como representación de una idea y por ende idea que requería de su especial representación.

Cuando había entrega de proyectos Enric solía dejar colgado sus trabajos en paredes algunos días más. Y es en esos momentos donde empecé a conocer de su existencia, aprovechando esta circunstancia para comprobar la calidad de sus dibujos. En ellos varios aspectos destacaban por encima de lo habitual: cuando la perspectiva se hacía a lápiz sobre papel “canson” el lápiz empleado era de una dureza extraordinaria, se decía por los corrillos que era de un 7H, la razón era que los encuentros de las aristas auxiliares buscaban la percepción y el grueso de la mina, si era muy blanda, acumulaba errores (…)”

 

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