PROYECTO FIN DE CARRERA: UNA OPINIÓN
Desde Veredes
“Hay distintas formas de terminar una carrera universitaria. Algunas se terminan cuando se aprueba la última asignatura pendiente. ¿Algunas? Deberían ser todas, ¿no? Pues no: En algún momento a alguien debió de ocurrírsele que echar a la buchaca el último aprobado no era suficiente. ¿Por qué? No lo sé, pero el único motivo que se me ocurre es el del lucimiento personal, la celebración, la fiesta, la alegría, salir por la puerta grande vitoreado por los profesores, abrazarse a los catedráticos, saludar con la manita, encender la traca de fin de fiesta y pirarse. Si no es por eso, no le veo ningún sentido.
Uno aprueba su última asignatura (que ni siquiera tiene por qué ser del último curso; hay alguna asignatura-garrapata que se lleva colgando -no digo de dónde- durante años) y ya. Ya está. Ya debería estar. Pues no. Es necesario hacer una fiesta para celebrarlo. De acuerdo: Como fiesta lo admito. Si es para hacer una fiesta me parece bien; pero para otra cosa no.
En muchas carreras se hace una tesis (que se suele llamar “tesina” para distinguirla de la tesis doctoral) y en otras (las técnicas) se hace un proyecto.
Es un proyecto con el que uno demuestra que ya sabe. Es el “mira, mamá, sin manos” del niño en bici ante su madre aterrorizada. Es (debería ser) un paseo militar, un desfile, un pasacalle. (Con banda de música y todo).
Eso debería ser nuestro PFC: Un miramamásinmanos, una exhibición, una fiesta, con nuestras madres (o en su caso nuestros tutores del proyecto) aplaudiendo y vitoreando.
El alumno, en ese momento trascendente, sonreiría con legítimo orgullo, saludaría a los asistentes y saldría al mundo exterior armado de valor y de confianza (…)”
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