ARQUITECTURA Y CÓMIC (I): EL HOGAR DE LOS SUPERHÉROES, ENTRE LA DECADENCIA, LA CUEVA Y EL EXHIBICIONISMO

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Por Pedro Torrijos

Desde El Economista

“Los cómics nacieron en abril de 1938 cuando la National Allied Publications puso en el mercado el número 1 de Action Comics. En realidad no, claro. La narrativa visual se remonta a los bajorrelieves medievales que contaban la Biblia en capiteles de iglesias románicas e incluso a los jeroglíficos egipcios. De hecho, el tebeo moderno tiene su origen en las tiras cómicas que los humoristas gráficos publicaban en periódicos desde mediados del siglo XVIII y cuya expansión se hizo masiva a mediados del XIX, sobre todo en la prensa anglosajona.

Pero el cómic como industria nace cuando nace el primer superhéroe: Superman. O sea, en el número 1 de Action Comics. A partir de ese momento, y hasta hoy, la inmensa mayoría de los cómics que se producen y se venden en el planeta están relacionados, directa o tangencialmente, con el mundo de los superhéroes. Por supuesto que existe el cómic underground, además del manga japonés y la larga tradición del cómic europeo pero, en términos mercantiles, apenas llegan al 20-25% de la importancia económica que tienen las aventuras de héroes y heroínas con superpoderes.

Es normal, pues, que el mensaje que transmiten los tebeos de Marvel o DC esté implantado en la sociedad occidental contemporánea. Y este mensaje ha sido, esencialmente y durante mucho tiempo, una fantasía masculina de poder. Desde las superheroínas de turgentes músculos embutidos en mallas de spandex hasta… bueno, hasta los machotes superhéroes de turgentes músculos envueltos en mallas de spandex. El hombre poderoso representado en su cuerpo y su actitud, pero también en sus símbolos: su vestimenta, sus coches, sus aeronaves y claro, su arquitectura (…)”

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