UN DISEÑO CON FINAL ABIERTO
Por Anatxu Zabalbeascoa
Desde Del Tirador a la Ciudad, El País
“En 1973, durante su segundo viaje fuera de Australia, Glenn Murcutt viajó por Francia y por España. En París decidió entrar en La Maison de Verre, un edificio que le había llamado la atención desde la calle en su anterior viaje, 11 años atrás. “Pertenecía al movimiento moderno pero no era uno de sus ejemplos más típicamente modernos. Este edificio tenía vida. Era un diseño con final abierto que rezumaba atermporalidad. Es maravilloso encontrar una arquitectura del pasado que está viva, que es moderna y que mira hacia el futuro”.
“Siempre he creído más en el descubrimiento que en la creatividad”. “No creamos las obras. Creo que en realidad somos descubridores. Veo la arquitectura como un camino de descubrimiento. He aprendido más de la observación que de los textos”.
Murcutt recuerda cómo, en el mismo viaje, aprendió que José Antonio Coderch se ponía muy nervioso con cada nuevo proyecto cuando él lo conoció, con 62 años. Desde ese momento supo que el nerviosismo era un componente esencial. A sus alumnos se lo tradujo como esfuerzo, amor (…)”
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