NOSTALGIA DE CRÍTICA
Por Santiago de Molina Desde La Ciudad Viva
“Se habla con tanta nostalgia de la crítica de arquitectura que se hace verosímil su real deceso. Aunque hay muertos que se han mostrado más longevos que quienes han dictado sus actas de defunción. La historia nos ha enseñado que estos episodios apocalípticos siempre han sido lentos y difusos en el tiempo, como luces que se apagan lenta y progresivamente, tránsitos invisibles para casi todos menos para unos muy pocos ojos atentos y enfocados.
Hoy la nostalgia de crítica es debida seguramente, más que a la pérdida de su verdadera función, a la confianza en su capacidad de ejercer como mecanismo de seguridad para evitar que vuelva a suceder el desatino vacío de lo “espectacular”. Por mucho que los antiguos editores, comisarios y “críticos” hayan dado un paso al frente, poco crédito merecen ya quienes fueron cómplices, o no intuyeron lo que estaba a punto de suceder. Continúa hoy más vigente que nunca aquella sentencia de T.S. Elliot: si no se cree en la aptitud de un crítico para distinguir una obra buena de una mala, poca fe merecen sus teorías, sus revistas o sus opiniones.
Sin embargo si el sentimiento de nostalgia es más latente que nunca seguramente es debido al modo en que la crítica ha servido de acicate para generaciones enteras. El valioso modo en que la crítica ha puesto el foco en figuras o temas importantes, y el trascendente papel que ha jugado en la elaboración de la modernidad y sus idearios, hace que el declarar su defunción suene a renuncia (…)”
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