Imagen CC-by Jared Tarbell 1
Esta es la historia del crimen perfecto, que se manifiesta en toda la “operacionalidad” actual del mundo en nuestras formas de realizar lo que es sueño, fantasía o utopía, de transcribirlo numéricamente, de convertirlo en información, cosa que corresponde a lo virtual en su acepción más general.2
Porque el 70% de vosotros ha entregado proyectos dibujados completamente a mano, y sabe lo que significa pasar a trabajar con máquinas.
Porque pese a que os gusta dibujar, os gusta más usar las herramientas digitales, aunque os negáis a dar el salto.
Porque vuestra filiación con los 256 colores hace que pese a tener un universo a vuestro alcance, sigáis trabajando mayoritariamente con CAD, que es casi lo mismo que dibujar a mano.
Porque cuando se os pregunta por el reparto de vuestro tiempo de trabajo –proyecto– entre pensar y (re)presentar, decís que os comportáis como una cuasiperfecta campana de Gauss. Aunque todos sabemos que la curva debería estar demencialmente desplazada a la derecha.
Porque pese a que sois unos auténticos adictos al control, y os pone frenéticos un matiz del gris en los paneles del concurso, sois capaces de confiar en que vuestros edificios no se van a caer solo porque un programa os saca líneas verdes.
Porque, pese a que ese 70% de vosotros que ha entregado proyectos dibujados completamente a mano ya sabe lo que es hacer la travesía en el desierto de aprender solos a manejar un software que desarrolló el concepto de ERROR FATAL, sois tan vagos de no aprender a manejar programas que pueden mejorar vuestra productividad a niveles impensables…
¡Dejad de dibujar!
Porque el dibujo fosiliza. El dibujo, esa mancha en papel es permanente e irrefutable hasta ser vínculante legalmente, pero lo digital es etéreo, eléctrico y evanescente.
Y ya que estamos ¿por qué no aprender a pensar más allá de lo digital?
¿por qué no pensar desde lo informacional?
Information is information, not matter or energy. No materialism which does not admit this can survive at the present day.3
La información es información, no es materia o energía. Ningún materialismo que no admita esto puede sobrevivir al presente.
Traducción propia
En los ‘70 arquitectos como Friedman, Alexander o Negroponte –cada uno a su manera– trataron de utilizar las herramientas informáticas, para potenciar los procesos de diseño en arquitectura.
Hoy, cuarenta años después de esos intentos, injustamente calificados de utópicos, nuestras herramientas digitales nos tienen limitados por emplear métodos de pensamiento icónico, en los que necesitamos representar la realidad que estamos proyectando.4
Estos sistemas, en tanto que ligados a lo visual -igual que el dibujo- tienen menos potencial que el pensamiento simbólico que había ya detrás de Sketchpad, el primer sistema de CAD de la historia… en 1963.5
La respuesta fácil, denostar estas herramientas por la apropiación indebida que auto proclamados gurús de lo formal han hecho de términos como el parametricismo 6 condenándole a ser considerado una moda, es similar –en su cortedad de miras– a la prohibición expresa que muchos sufrimos en las ETSAs cuando quisimos usar CAD.
No mencionaré marcas por no convertir esto en un spot, pero la versatilidad y el incremento de control y operatividad que los sistemas informacionales permiten a la hora de producir, controlar y gestionar los procesos de la edificación es de tal calado que el hecho de no usar esa potencia en las fases iniciales del proyecto, en las fases creativas que verdaderamente disfrutamos, me parece, sencillamente, un desperdicio mayúsculo.
¿Te refieres a usar la «información» y las herramientas digitales desde el momento inicial? Porque normalmente se van haciendo pruebas (dibujos, maquetas, etc) desde el inicio ennun proceso de ensayo y error (por simplificarlo)
Exacto. La posición extremista del texto es puro postureo, obvio, pero *lo informacional*, bien usado, más allá de lo puramente formal, nos da posibilidades enormes de pensamiento en el proyecto. Solo hay que ponerse…
Es muy acertado decir que dibujar con AutoCAD es como dibujar a mano. Lo vengo diciendo desde hace mucho y por eso cada vez me gusta menos. Porque es tan rudimentario (2016) como dibujar a mano, pero sin las ventajas del tacto del papel. Esto puede parecer algo romántico, pero lo veo como algo instrumental: cada modo de trabajo tiene unas sensaciones que te hacen percibir mejor lo que haces, prever mejor el siguiente paso (trazo), y en eso, la conexión cerebro-mano-ratón-pc pierde la frescura de otras combinaciones. Al menos, a mí me pasa.
Por otro lado, las aplicaciones basadas en «lo informacional» requieren unos conocimientos que no todos podemos asumir, un tiempo de aprendizaje (curva, como dicen los anglos) muy costoso, y de ahí que la mayoría de las veces nos quedemos rascando la piel de aplicaciones potentísimas, que mal usadas (o usadas superficialmente) arrojan resultados banales.
El problema es eso que dices de «sólo hay que ponerse».
Desde mi experiencia, Daniel, es más fácil de lo que parece.
Siempre he tenido una escasísima capacidad para el pensamiento matemático, sin embargo, cuando trabajo con estas herramientas, «sale solo». Creo que principalmente porque uso software de «programación visual» en el que poco código tienes que teclear.
Aparte, mencionas lo que para mi son un lastre provocado por el dibujo y una causa de nuestra filiación por el mismo.
Nos puede la poética de lo sensible, de la experiencia (entre tú y yo, adoro dibujar), de la belleza de lo material que tiene un buen dibujo. Eso nos ata a la técnica.
Por otro lado, el hecho del trazo, de la mancha sobre el papel, como decía en el texto, fosiliza.
«La goma es solo para los que crean que se van a equivocar» que dijo el primer día de clase nuestro profesor de Procedimientos de Expresión. El lápiz, pese a su condición, pesa, es grave e indeleble.
La información, por otro lado, es mutable, transformable, maleable y gracias a lo digital, todo en un nivel de potencia y reacción enorme.
¿Lo idea? Máquinas que pudieran «leer» nuestros dibujos, desencriptarlos según nuestras ideas, y transformarlos en información operativa.
Como bien sabes, dibujo y pinto, por lo que mi relación con el papel y el lápiz es muy familiar. Pero no es eso.
Disfruto igualmente un buen dibujo hecho con herramientas digitales. Lo disfruto igual en pantalla que en papel: es la imagen, al fin y al cabo, lo que disfruto. Esto no quita que en otros momentos me fije en lo material (la pintura, el papel, el lienzo, la impresión) o en el otro caso la herramienta digital empleada (deberías verme flipar cada vez que veo una peli de Pixar, con esas vegetaciones, esas texturas, esos vidrios…).
Voy a la reflexión: A mí me costó mucho tiempo dominar el pincel y poder decir que sé pintar a la acuarela. Sin embargo, cogemos un ordenador y creemos que en diez minutos podemos hacer algo con photoshop, con illusrator, con grasshopper… Y creo que hay mucho tiempo que perder para comprender la naturaleza de cada aplicación y poder convertirla en una herramienta. Al fin y al cabo, usar un ordenador para hacer lo mismo que hace todo el mundo (rascar la superficie de la aplicación), no tiene mayor interés, o no debería tenerlo.
Y la contra: no deberíamos maravillarnos con lo que puede hacer tal o cual aplicación, sino lo que es capaz de hacer una persona concreta con tal o cual aplicación.
Del hecho de que una herramienta me permita modificar sobre la marcha lo ya hecho introduciendo nuevos parámetros o modificando los existentes no debe fascinarnos la velocidad sino que la información que manejemos sea de verdad necesaria y esté convenientemente analizada-tratada-asimilada.
En definitiva: no es la herramienta, es la mano (o el cerebro detrás de esta).
Creo que el comentario que te pueda dar tiene mucho que ver con el post que en su día escribí titulado «dominados por el software» https://blogfundacion.arquia.es/2014/10/dominados-por-el-software/ en esta misma casa.
Creo que el debate que abres es más que acertado, como recién titulado te diré que la que actualmente utiliza BIM es una minoría absoluta y del parametricismo ya ni hablemos… ¿No tienes la sensación de que no paramos de aprender programas nuevos? Probablemente este camino sea el que muchos deban (y debamos tomar) para continuar desarrollando nuestras ideas pero no se si tiene la transcendencia necesaria a día de hoy como para imponerse a la mayoría.
Por otra parte, tienes toda la razón en que gracias a algunos el parametricismo ha sido una moda en plan «mira mamá lo que se hacer», algo así como las chonis usando filtros de photoshop a principios de milenio.
En fin, buen post y buen tema.
Y yo pregunto: ¿Lo artesanal no es informacional? ¿Acaso no son el subconsciente y la intuición potentísimas herramientas informacionales? ¿Dibujamos igual cuando representamos (analizamos) una arquitectura pensada por otro que cuando intuimos (proyectamos) una arquitectura propia? A lo mejor ese proceso de «descubrir» el proyecto siempre ha sido informacional, y es hasta hace poco cuando empezamos a destripar y desentrañar parte de sus misterios, que por suerte son insondables. Así no se nos acabará el trabajo nunca xD