Montaje fotográfico realizado por el autor con el empleo de “El pensador” de A. Rodin
Es curioso esto de la especie humana; junto a loables ejemplos de creatividad generosa como la del anónimo inventor de la rueda, la de los poetas o los partícipes en cualquiera de las bellas artes, nos encontramos con execrables ejemplos de tozudez, egoísmo y/o mediocridad satisfecha consigo misma… por desgracia, las noticias del día a día se llenan de casos pertenecientes al segundo grupo, casi como si nos satisficiera socialmente mirar siempre en el espejo de los peores para reconfortar nuestro común hacer.
Como estamos en plena campaña electoral imagino que estarán cansados de estos últimos, así que les propongo lo contrario: transformar una situación en el que perdemos todos en otra en la que el beneficio de unos redunde en el de todos… –win win que dicen los anglosajones-.
Ya he podido comentar en repetidas veces cómo la estructura territorial de los COAs genera no pocas tensiones y no menos recelos, obteniendo como conclusión resultados indeseados. Un ejemplo, de ello es que todos los implicados, dando por supuesto su voluntad de querer hacer las cosas de la mejor manera posible, lamentan no tener un sistema de visado único en toda España -con la gravedad que ello supone para el trabajo cotidiano de todos nosotros- pero a su vez pasan los años y no consiguen establecerlo.
El caso del visado no deja de ser el síntoma de una enfermedad más profunda que impide desarrollar estrategias globales que beneficiarían a toda la profesión. ¿Podríamos superar esta situación de bloqueo en la práctica? Honradamente pienso no solo que podemos, sino que debemos hacerlo. ¿Cómo? Busquemos estrategias que alineen intereses de los diferentes Colegios y del conjunto de colegiados: Muy probablemente las ciudades Patrimonio de la Humanidad compartan entre sí problemas profesionales que deban ser abordados desde la coordinación supracolegial y atendiendo a su especificidad; lo mismo ocurre si pensamos en los territorios con fuerte desarrollo urbano en la costa ¿tiene sentido analizar sus problemas y posibles soluciones desde una visión parcial y local, o debería ser el conjunto del territorio afectado que incluye al menos a 9 COAs quien lo abordara? Si nos fijamos en las grandes concentraciones urbanas o, por el contrario, en extensas zonas poco habitadas con mucho patrimonio, sucede lo mismo: surgen invariantes que permiten estructurar nuevas formas de colaboración y trabajo que posibiliten optimizar la labor de los arquitectos.
Y si en vez de pensar en estructuras urbanas, pensamos en problemas comunes a todos los profesionales como pueda ser el acceso a servicios de calidad, el trabajar en municipios que no cuentan con técnicos adecuados, las ordenanzas abusivas, la defensa de los derechos de autor, la misma defensa corporativa, el mantener la calidad en la formación en el conjunto de escuelas, o cualquiera de los obstáculos que se nos ocurran; por lógica, el conjunto de la profesión a nivel nacional debe mostrar su mayor capacidad de resolución que una estructura dispersa de microreinos de taifas. No somos de un COA u otro –accidente-, sino todos partícipes de una misma profesión con desafíos comunes –sustancia-.
Como ven, hay muchos campos en los que podemos ganar todos si nos ponemos a ello ¿quién se apunta?