NO DIGAS A TU MADRE QUE SOY ARQUITECTO.
“(…) Pero todo ha ido cambiando a peor. Ahora estamos probando el hierro del paro, de la precariedad económica, y de una creciente y descalificante crítica social, crisis incluida. Desde hace, al menos una década, y descarnadamente en los últimos años, nos hemos caído (mejor dicho nos han tirado) del egregio pedestal de antaño. Y parece que no quedarán muchos ni para recoger los trozos rotos. “
(…) Sexto error: El creernos estar por encima del bien y del mal cuando a la crisis actual ya se le veían las orejas. Hemos cerrado los ojos ante la realidad que llegaba. Al que le iba bien porque le iba bien, y pensó que de esta se salvaba. Al que le iba mal porque ni se había enterado de que alguna vez las cosas fueron mejores. Encerrados en nuestro caparazoncito, ingenuamente, nos creíamos intocables. Así nos va. (…)”