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¿Cuánto cuesta el PFC?

 

¿Cuánto cuesta un PFC?…o mejor: ¿cuánto cobro por hacer un PFC?, inquietante pregunta que en los últimos meses me han hecho diferentes ex alumnos recién titulados, ya que paradójicamente la producción de PFCs resulta una de las salidas profesionales más rentables y con mayor mercado para nuevos arquitectos en este país.

Sin entrar en juicios de valor, la proliferación de páginas y particulares que ofertan la redacción parcial o completa del PFC, es una realidad reveladora, una consecuencia más de la degeneración que el proyecto de final de carrera en arquitectura ha sufrido, tanto en su planteamiento como en su metodología.

Aparte de las muchas problemáticas asociadas como la media de duración, la precariedad de las tutorías, los criterios de valoración, las exposiciones públicas, etc… destaca el desperdicio que implica: se plantea como un ejercicio que escasísimas veces tiene visos de realidad, raramente precede a una investigación de postgrado y son contadas las ocasiones en que llega a amortizarse, sin entrar a valorar la posible proyección empresarial o de emprendimiento.

Es muy significativo, que, en un momento donde una de las mayores preocupaciones de los estudiantes es su futuro profesional, el proyecto final, que garantiza la capacitación del arquitecto, sea un trámite ensimismado, desmedido e inoportuno, que ha derivado en la producción de láminas al servicio de los criterios del marketing, para ser evaluado en una ojeada de no más de quince minutos, y cuya mayor aspiración es una publicación en papel cuché.

En estos años de arquitectura de pasarela, el esfuerzo y el tiempo de nuestros estudiantes se ha volcado en PFCs de alta costura que acabarán en un cajón, mientras las ciudades siguen desharrapadas o mal vestidas por otros.

Sin embargo, crisis implica cambio, y uno de los fenómenos más interesantes es el surgimiento de un alumnado inquieto, que, con una perspectiva tejida en las redes, decide dirigir el esfuerzo de su ejercicio final a temas con nuevos enfoques y planteamientos no contemplados por las cátedras tradicionales, enfrentándose a un proceso épico contra la gran inercia de la academia y afortunadamente encontrando, cada vez más, complicidad entre los tutores.

El PFC cuesta. Es una ingente inversión, que realizan año tras año generaciones de estudiantes, como para permitir que esté mal planteado, precariamente dirigido y ligeramente valorado. Revalorizar el proceso, enfocar los esfuerzos, optimizar los medios y replantear los fines, es prioritario tanto en el PFC y como en la arquitectura de hoy.

 

Vídeo FETSAC 13 – PFC

Páginas donde se ofertan servicios para realizar el PFC:

http://pfccommons.org/

http://www.arquitecturapfc.es

http://www.academiaelparalex.com/

http://www.pfcarquitectura.com/

http://www.sgharquitectura.com/

http://www.pfcarquitectura.es/

https://www.facebook.com/pfc.facil.3

Páginas y blogs de aulas PFC dentro del mundo académico:

http://aulapfc.wordpress.com/

http://blogs.eps.uspceu.es/TallerPFC/

https://www.facebook.com/pfc.arquitecturaceu/about

Blog del PFC de Pedro Hernández: “La periferia doméstica”.

 

Por:
Arquitecta desde 2004, ha desarrollado su trabajo como profesional independiente en urbanismo y arquitectura. En 2007 centró su actividad en Ayuda Humanitaria, donde ha trabajado con diferentes organizaciones tanto en desarrollo como en emergencia. Es máster en Proyecto Avanzado de Arquitectura y Ciudad, y se ha especializado en Agua, Saneamiento e Higiene en Cooperación Internacional y Emergencias y en Desarrollo de Asentamientos humanos en el Tercer Mundo. Durante estos años ha compaginado su actividad profesional con la docencia y la investigación. Actualmente imparte clases en máster y cursos de posgrado en diferentes universidades. Ha llevado a cabo diferentes investigaciones sobre asentamientos humanos y campos de refugiados, y escribe su tesis sobre Diseño y Construción de Centros de Ébola. Desde 2004 dirige el Taller CuatroESCALONES junto a Óscar Valero, especializado en el proceso de proyecto. En 2011 funda n´UNDO, junto a Alejandro del Castillo, lo que supone un posicionamiento en la manera de hacer arquitectura.
  • Ana Asensio - 29 julio, 2014, 19:13

    Genial, Verónica.
    Resume todas las ideas que me rondan la cabeza respecto a este tema que me indigna. Hace unos años, cambiamos de director en mi escuela. En una «rueda de prensa» que nos dieron los candidatos a nuevo director, les pregunté que qué pasaria con el PFC en este cambio, que si alguien tenía pensado devolver el PFC a la realidad. Les dije con mucha rabia e impotencia, que cómo se habían podido alejar tanto de la lógica. Que cómo podía ser que se inviertieran más de 2 años en hacerlo, y que te los revisaran en 5 minutos. Que cómo tenía 3 créditos, que encima se pagaban a 50 € el crédito. Que cómo te hacía el seguimiento de tu trabajo un tutor que cuando te daba el pase a presentarte ante el tribunal, éste no respetaba su decisión. Un PFC no se puede suspender. No Se Puede. Si un tutor, que conoce totalmente qué clase de profesional eres, y sabe de memoria los obstáculos salvados de tu proyecto, te manda a tribunal, estás obviamente aprobado, y el tribunal con su aire de grandeza, como mucho, debería decidir tu nota. No pueden permitirse suspender a alumnos con frases tan habituales como «no te has arriesgado en tu proyecto».
    Les pregunté entonces que qué era el PFC y que qué teníamos que demostrar. Porque la teoría dice que debes demostrar que sabes, y puedes, resolver todas las fases de las que constaría un proyecto real, y hacerlo bien. Debes ser un buen arquitecto, no? Y demostrarlo. Les pregunté que quizás el tribunal que cada año mandaba al 85% de los alumnos a corregir sus marchitos PFCs y volver en la siguiente convocatoria, muchísimos meses de su vida después, no querían eso. No esperaban que los alumnos les demostrasen eso. Ellos querían arquitectos estrella. Querian proyectos arriesgados, sorprendentes, totalmente novedosos, presentados originalmente, pero sin alardes, como en un concurso, que te cautiven a golpe de vista (ya que a golpe de vista corrigen), todo ello en los 5 minutos que le dedican mientras pasan con desgana las páginas de tu PFC, agarrándolo por las esquinitas. Según esta premisa, lo que el alumno no parece tener que demostrar es que es un buen arquitecto. Les pregunté entonces, ¿Qué pasa con los que somos humildes? ¿Qué ocurre si simplemente quiero ser arquitecta? No una arquitecta desgarradora, egocéntrica, estelar y magnífica. ¿qué ocurre si quiero ser simplemente arquitecta, y hacer las cosas bien? ¿Cómo debo superar esta prueba? ¿tengo que fingir ser lo que no soy? ¿soy menos que los demás? ¿qué persigue el PFC?
    Creo que, lejos de la problemática vergonzosa de escasas horas, muchos meses, saltos de convocatoria demasiado alejados, temas estáticos, poca libertad de elección para los alumnos, y un largo etcétera, está la pregunta ¿para qué sirve un PFC?. Éso es lo que hay que tener claro. Y tener claro que ese proceso no deja ningún buen arquitecto detrás, pudriéndose.
    Por cierto, y como nota a

  • Ana Asensio - 29 julio, 2014, 19:16

    Por cierto, y como nota referente al desperdicio de proyectos, lo cual es un tema que me preocupa bastante, les hice una vez una propuesta a unos compañeros, para trabajar mano a mano con estudios de arquitectura comprometida aún siendo estudiante, realizándoles un proyecto a través del PFC. Mis compañeros me respondieron que eso no era posible, ya que uno de los puntos de la normativa de PFC (que nunca me he leído ni me pienso leer), era que e proyecto no pudiese llevarse a cabo en la realidad.
    Sorprendente, no?

    • Verónica Sánchez - 29 julio, 2014, 19:56

      Amén

  • Manu Barba - 29 julio, 2014, 19:17

    Verdades como puños, cuando te metes en el mundillo del PFC te das cuenta de lo podrido que está, y de lo difícil que es lidiar con tantos frentes en un proyecto. Lo peor es que los problemas del proyecto son lo de menos, ya que la mayoría de veces este es simplemente la cabeza de turco que los tribunales usan para intentar imponer la supremacía de un departamento sobre otro.
    A este trámite solo lo salvan un puñado de profesionales (a los que encuentras de chiripa) que hacen su trabajo casi de forma altruista, porque muchas veces ni se le cuenta como horas de trabajo, intentando guiarnos a los que estamos metidos en este embrollo como bien pueden.
    Un poquito de verdadera profesionalidad y consecuencia con la propia actualidad profesional es lo que a veces se echa de menos en las escuelas de arquitectura.

    • Verónica Sánchez - 29 julio, 2014, 21:52

      Un hurra por ese puñado de profesionales.

  • Verónica Sánchez - 29 julio, 2014, 19:51

    Gracias Ana, por haber completado muchas de las cosas que el post, por miedo a extenderse no había mencionado. Estoy de acuerdo completamente.

  • Carlos Quintáns - 30 julio, 2014, 0:36

    No se si debo contestar a Verónica o a Lorenzo ya que hay un por: y una autoría.
    ¿Cómo que no se entra en juicios de valor? Es que hay alguna posibilidad de no entrar en ellos. Es un fraude, con mayúsculas. Quien comprenda, consienta o aliente que otro suplante un ejercicio al que le va a añadir su nombre, para mi tiene la misma consideración que quien comete esta falta de ética. Conviene denunciarlos al igual que debemos hacerlo con quien engaña en la vida laboral.
    ¿Qué queda luego? ¿quedan los engaños en los pocos concursos que hay? ¿queda el soborno? ¿quedan las triquiñuelas?… No nos engañemos quien encarga un pfc es alguien con dinero que está engañando a sus compañeros que han trabajado con honradez y posiblemente con poco dinero. El que no esté de acuerdo que comience una pelea para cambiar el pfc (contará con muchas ayudas y la mía por supuesto). Siendo alumnos se pueden cambiar las cosas y posiblemente con más fuerza que siendo profesor; es evidente que las nuevas tácticas de protesta en las asignaturas son las individuales , las que buscan la flojera de una guía docente para saltarse individualmente una asignatura y no son las del grupo dispuesto a cambiar las cosas de una forma seria. Se pueden cambiar y se han cambiado normas y planteamientos de pfc cuando eramos alumnos, en momentos más complejos que los actuales. Evidentemente están mal elegidos los temas y hay que protestar, hay que fomentar que los temas puedan tener utilidad y hay que protestar,, hay tribunales malos y hay que protestar,; hay tutores malos que informan cualquier caso y no es necesario protestar (hay que eludirlos). Si que hay un nuevo perfil de lo que podremos hacer a partir de ahora, pero no es un perfil más blando de lo que era, hay que implicarse en trabajar con lo ya construido y repararlo y para eso hay que saber mucho y si alguien no quiere construir quizás deba plantearse otras opciones.

    No hablemos del desperdicio que significa un trabajo bien elaborado de un pfc, es la base del proceso educativo. No planteemos eliminar el poco trabajo que pueda existir pensando que deben construirse los pfc, lo que hay que hacer es convertirlos en adecuados, en ilusionantes, en momentos intensos de aprendizaje y en culminación correcta de una trayectoria por la universidad y comienzo de toda una vida de trabajo que continuará el entusiasmo y las ansias de adquirir conocimiento que deben acompañarnos siempre.

    • Verónica Sánchez - 30 julio, 2014, 8:15

      Muy de acuerdo contigo Carlos.
      Agradezco que tu comentario abra este debate. Ya que el comentario de «sin entrar en juicios de valor» solo hacía referencia a que en este post no se pretendía entrar en ese tema, solo visibilizarlo (por no extender el texto más), para poder centrarse en las posibles causas que influyen para que esté sucediendo. Pero por supuesto es un hecho sobre el que se debería reflexionar.
      Creo además que son muchos los alumnos que hacen su lucha en el Pfc, y que son ellos, apoyados por los que fuimos alumnos los que debemos cambiar la situación.

  • admin - 30 julio, 2014, 7:02

    Gracias a tod@s por los comentarios, se agradece que el post haya despertado tanto interés.
    Respecto a la autoría del post que comenta Carlos, el artículo es de Verónica; ya están cambiados los créditos. Gracias por avisar.

  • Admin - 30 julio, 2014, 7:47

    Gracias a tod@s por los comentarios, se agradece que el post haya despertado tanto interés.
    Respecto a la autoría del post que comenta Carlos, el artículo es de Verónica; ya están cambiados los créditos. Gracias por avisar.

  • Rodrigo Almonacid - 31 julio, 2014, 23:01

    Muy de acuerdo con el post, es la cruda realudad… pero también me sumo a lo dicho por C.Quintáns acerca de lo ilegal (además de ilícito) de presentar un trabajo como tuyo sin serlo. En la ETSA eso es un fraude, en la vida profesional, un delito. Eso es así y no hace falta repetirlo.
    Acerca del formato tipo «concurso» os doy una pista: yo soy de esos tutores sufridos que nunca pretenden más que hacer bien las cosas y que el alumno encuentre «su camino». Desgraciadamente este tipo de actitudes no suelen ser valoradas como deben por el tribunal, pues (como se ha dicho) solo esperan PFCs «con fuegos artificiales». Por eso yo al tribunal siempre le llamo «jurado», pues actúan como el de un concurso de ideas (ni siquiera de Proyectos), lo cual es un mal síntoma por sí solo.
    Enhorabuena por el post, Verónica. Solo con valentía y perspicacia saldremos de este atolladero.

    ( @ro_almonacid )

  • Verónica Sánchez - 1 agosto, 2014, 12:24

    Gracias por tu comentario Rodrigo, creo que lo de los «fuegos artificiales» ha sido el mal de la arquitectura de los últimos tiempos, ya que cada vez tenemos más medios para representarlos y para construirlos, la mesura no está de moda.
    Por otro lado, es ilegal, sin duda, pero el tema es peliagudo, porque por ejemplo en algunas escuelas, es casi fundamental tener un buen render de tu proyecto, y alumnos con buenísimos proyectos, pero que no tienen el tiempo o el conocimiento de las herramientas para hacer esa imagen acaban encargándola, y gastando cantidades de dinero en adornar sus láminas, cuando eso no hace que el proyecto sea mejor. El problema es que ese jurado, como bien dices, busca el efectismo y la imagen, y arriesgarse a presentar una planta y una sección, por excelentes que sean, sin el apoyo de la imagen de moda es altísimo.

  • Miguel - 4 agosto, 2014, 20:46

    Un tema tan interesante me pedía elaborar un poco más de la cuenta la respuesta.

    http://bit.ly/arq_pfc

    ¡Saludos!

    • Verónica Sánchez - 6 agosto, 2014, 12:53

      Hola Miguel, gracias por los extensos comentarios. Es sin duda un tema en el que profundizar. Gracias.

  • Miguel Mateos - 6 agosto, 2014, 13:10

    Parece que la opinión respecto al PFC cambiará dependiendo de la escuela o si la visión es la de un alumno o un profesor. Yo daré la mía, que es la de un alumno de la escuela de Valladolid.
    PRIMER PUNTO. La normativa del PFC exige el tutorado por un profesor de la escuela, lo que se traduce en un conjunto de correcciones cada 15 o 21 días a lo largo de aprox. 12 o 15 meses. Esto conlleva una relación «íntima» entre tutor, proyecto y alumno.
    Carece así de sentido la posibilidad de encargo exterior, pues el proyecto es como un niño al que vamos criando desde el mismo nacimiento de la idea, orientados por un tutor que se compromete con el proyecto como si suyo fuera.
    SEGUNDO PUNTO. Se trata de un PFC y por lo tanto algo nuevo de aportar, algo debes de investigar, pero no por ello deja de ser un proyecto de ejecución.
    Olvidémonos de esa visión de concurso a nivel de anteproyecto con unas imágenes «bonitas» y sin plantas estructurales o de instalaciones. Esto no es así (hablo de mi experiencia en la escuela de Valladolid). A saber que cuando se cae en tal error y esto se produce, es valorado por el tribunal, de tal modo que un PFC «concurso» más arriesgado que no llega a materializar el «fírmitas», será penalizado frente a otro PFC que alcanza el nivel de proyecto de ejecución con una idea menos arriesgada.
    TERCER PUNTO. Tampoco hay duda que esas imágenes de las que habláis tienen que estar, no se nos olvide que somos arquitectos y todo debe de estar cuidado. Pero más importancia tiene el cumplimiento de la normativa municipal, autonómica y nacional, saber como se construirá, de que material es cada línea, la sección de los elementos estructurales o las tuberías, la potencia de la caldera a instalar o los herrajes de los muebles de la cocina. Es un proyecto de ejecución.

    Quizá sea joven y aún tenga un visión idealizada, pero esta es mi reciente experiencia en el desarrollo de un PFC en la escuela de Valladolid. El PFC es el cierre al estudio de un conjunto de asignaturas cuya relación se entiende ese proyecto anterior a tu salida al mundo real, y que por lo tanto como puerta debe servir.

  • pablo - 6 agosto, 2014, 18:05

    Ojo, en PFCCommons no se ofertan servicios para hacer PFC, sino para compartirlo una vez finalizado. También se ofrece la posibilidad de tener un blog para ir contando el proceso.

  • Roberto - 16 agosto, 2014, 14:19

    No cabe duda de que el PFC es, a todas luces, un ejercicio sin ningún sentido lógico en la formación del estudiante o la estudiante de Arquitectura (si acaso sirve para predisponerse a un mercado de trabajo paupérrimo y tan cercano a la esclavitud que da cosita). Pero creo que es el recopetín de todo un plan de Estudios (no diseñado en las Escuelas, sino en el Ministerio de Educación) que forma a un modelo de Arquitecto que ha perdido su utilidad. Y ahí está la clave: ¿qué es lo que tiene que aprender un Arquitecto en las Escuelas?¿qué demanda una sociedad que sólo el Arquitecto pueda aportar, o que aporte mejor que el resto de profesionales?

    En la vorágine de la LCSP a lo mejor alguien me excomulga si me atrevo siquiera a cuestionar al magnánimo e internacionalmente reconocido Arquitecto español, pero creo que asistimos a unas Escuelas totalmente sumidas en el academicismo (salvo contadas excepciones) en las que se producen en serie profesionales obsoletos que se ven obligados y obligadas a reciclarse antes del primer uso.

    La Universidad siempre ha ido un paso por delante de la sociedad, y ahora es la sociedad la que va tres pasos por delante de la universidad, mientras los anquilosados planes de estudios se respetan y se salvaguardan como si de las sagradas escrituras. Y cualquier mínimo cambio se percibe como un ataque a las instituciones educativas, casi nunca compuestas por Arquitectos, y sin la más mínima idea de que hay un cambio necesario. A nivel local, la egolatría de las Escuelas hace que se mantegan al margen de las estructuras, considerandose siempre «elementos especiales» en las Universidades, y a nivel global, estamos ante un gobierno que no entiende el papel del Arquitecto en la idealizada sociedad del liberalismo económico.

    Resumiendo, creo que se trata de un problema mucho mas grande, que parte de una falta de comunicación, pero también de una falta de mensaje. El cambio que tiene que producirse es de concepción, pero tenemos a unas Escuelas desorganizadas y diplomáticas hasta el hartazgo a nivel nacional, a una representación colegial tan ombliguista como el PFC, y a un estudiantado que es permanente desoído por uno y otros. Y ahora completamos el hall of fame con un Gobierno ciego, sordo y mudo, pero cuando eso cambie, seguirá sin existir un mensaje que transmitir.

    O eso creo yo.

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