¿Y si los cruces se diseñaran para el peatón?
En los cruces ¡primero el peatón! (Fuente: Dhiru Thadani)
La avenida Meridiana en Barcelona: de autopista a calle. Una “franja” urbana donde se valora el potencial de las relaciones transversales con el fin de “coser los barrios” a través de cruces-plazas.
“Cuando la sociedad le pide al arquitecto arquitectura, el buen arquitecto le entrega ciudad”
Aldo van Eyck
¿Qué pasa cuando se gana espacio al automóvil en la ciudad? De entrada se generan nuevas oportunidades de apropiación del espacio para las personas.
También, se invierte el proceso de concepción del proyecto del espacio viario, desde una visión esquemática y estrictamente funcionalista, hacia una que pone en valor la vida urbana y la ciudad existente, los peatones y las relaciones.
De esta manera, se llegan a proponer, verificar y establecer criterios y soluciones proyectuales para un espacio-calle más humanizado.
Además, el uso de las nuevas tecnologías y el mapping urbano, como herramientas para el proyecto, permiten localizar, medir, valorar, visualizar y simular aspectos del espacio urbano así como del viario y, a la vez, se convierten en un medio útil para comunicar, debatir, decidir y promover otras formas de intervención y de uso.
La propuesta de mejora de las conexiones transversales de la avenida Meridiana en Barcelona1,es un estudio basado en nuevos enfoques, métodos e instrumentos para valorar soluciones de “transversalización” de la calle, dentro de un modelo urbano de “walkable city” 2 o de “ciudad paseable” 3.
Un estudio que parte de un proyecto en curso de restricción del paso de automóviles y fomento del transporte público (la modificación longitudinal de la sección de la avenida), para luego valorar el potencial de las relaciones transversales con el fin de “coser los barrios”. Se promueve, así, continuidad y legibilidad urbana, a partir del “mapeo” de los movimientos peatonales cotidianos de las personas. Una avenida Meridiana más humana, accesible y caminable es el objetivo final de repensar ésta autopista urbana, dentro de un nuevo modelo de ciudad basado en la movilidad sostenible y en la recuperación del espacio viario como espacio-calle: público, efectivo y practicable.
La Meridiana como importante acceso viario a Barcelona, es un eje estructurante de ciudad con tramos diferenciables. Y es, a la vez, una franja urbana con potencial de unión y de encuentro entre los distintos barrios que atraviesa, donde la relación transversal a través de los espacios de cruce es fundamental.
Hay que conocer y reconocer a quienes habitan esos barrios, identificar cuáles son las redes de flujos y de lugares por los que transitan y en dónde viven. Esto ayuda a entender que la diversidad de formas de cruce solicitadas y realizadas a pie, en bicicleta, en transporte público o en vehículo motorizado, requieren la consideración de los nodos de infraestructura como espacios de referencia urbana y de obligatoria resolución conjunta. Son espacios de reconocible centralidad por la intensidad de uso que albergan y además, por su potencial de conexión, son una oportunidad para fomentar la cohesión social y las relaciones de proximidad.
Sin embargo, los cruces son en la actualidad pasos peatonales restrictivos, inseguros, no muy amables con los peatones y con poca o nula urbanidad, con gran potencial de convertirse en lugares de renovada identidad. Son espacios conflictivos que, a través de las distintas soluciones urbanas propuestas, pueden llegar a ser lugares y esquinas con valor simbólico, nuevos referentes urbanos de los barrios.
Lugares donde los ciudadanos ejercen, tal como proponía Aldo van Eyck, su derecho a usarlos sin condicionantes preconcebidas. Espacios urbanos menos reglados y más libres, con nuevas posibilidades y alternativas de cruce y de uso temporal y, sobre todo, abiertos tanto a la apropiación como a la “desapropiación” por parte de los peatones. ¡Los cruces son también plazas!