PlayStudio

Asociados a la universidad

Hoy queremos seguir hablando de temas docentes y para ello retomamos el hilo de los compañeros de Brijuni en sus posts “La arquitectura en manos de profesores”. Para aquellos que sois estudiantes seguramente sabréis poco o nada de las categorías profesionales docentes. Vuestro desconocimiento es normal, y es que a vosotros (y en realidad a todos los que formamos la comunidad universitaria) lo que debería importaros es la calidad de la docencia que recibís, independientemente de las condiciones administrativas o laborales de vuestros profesores.

Pero no está mal que tengáis algunos datos que quizás os aclaren dudas. La figura del profesor asociado fue diseñada para que profesionales de calidad reconocida aportaran puntualmente su experiencia en un ámbito específico de conocimiento. Por cierto, tratamos este tema como parte interesada, ya que uno de nosotros lo es, y el otro lo fue previamente durante años. Esta figura docente es el principal input, en el marco legal español, para que la experiencia profesional acceda a las aulas. La cuestión de si este input es suficiente o no, teniendo en cuenta que en nuestro país el título de arquitecto es habilitante sin pasar por un sistema de prácticas o convalidación profesional como ocurre en otros, es una de las cuestiones que queremos abordar.

 

La realidad, a día de hoy, es que esta figura docente “de apoyo” se ha convertido en una pieza fundamental, representando el 23,6% de la plantilla universitaria (de todas las titulaciones) en nuestro país 1, si bien existen casos con porcentajes mucho mayores. Este dato significa que estos profesores no sólo realizan labores puntuales, sino que son parte estructural de nuestras universidades, asumiendo en algunos casos una parte fundamental de la carga docente. Esta relevancia puede significar dos cosas: o bien la importancia de la práctica profesional es más significativa para la formación de nuestros estudiantes de lo que se estimó inicialmente (dado que un cuarto de los profesores universitarios españoles están en esa situación), o bien una de las consecuencias de la crisis en nuestras universidades es que casi la única forma de contratar profesorado estos últimos años ha sido recurrir a esta figura, dadas las condiciones de precariedad laboral (renovaciones anuales) y las bajas retribuciones que presenta (normalmente entre 300 y 600 € al mes). El resultado de estas condiciones es que en todas nuestras universidades hay movimientos de protesta, como la huelga en la Universidad de Valencia.

 

Por tanto, creemos que hay dos cuestiones a abordar en relación con los profesores asociados. Por un lado, si la importancia de la experiencia profesional es tal como para que esta figura tenga el peso que tiene en nuestra universidad, se tendrían que revisar las figuras docentes para permitir o propiciar esta doble condición de profesional y docente. Un ejemplo lo encontramos en países como Austria o Alemania, en los que la actividad profesional no sólo es recomendable sino fundamental para acceder a un puesto de catedrático. Por otro lado, las universidades, y, sobretodo, nuestros gobernantes, deben promover la contratación de profesores e investigadores en las condiciones adecuadas de estabilidad y dedicación que den respuesta a sus necesidades reales, sin tener que tergiversar la figura del asociado, convirtiendo una figura diseñada para prestar apoyo puntual a la docencia, en un sustituto barato de contratos y becas pre o post doctorales, o profesores a tiempo completo.

 

Créditos imagen. Fuente: Ministerio de Educación y CRUE. Departamento de infografía de El País https://elpais.com/elpais/2018/02/10/media/1518290545_788562.html
Por:
- Iván Capdevila y Vicente Iborra - Profesores de la Universidad de Alicante en la actualidad, desde el 2003 viven, trabajan, estudian, investigan y dan clases en lugares tan dispares como España, Reino Unido, Austria, Noruega, Corea, Méjico, Bielorrusia…

Deja un comentario

Tu correo no se va a publicar.

Últimos posts