Por Jorge Gorostiza
Desde Veredes
“Las relaciones de Frank Lloyd Wright con el cine son numerosas, en este blog ya se han tratado las de cineastas como Nicholas Ray y David Lynch con el arquitecto, además sus edificios se han usado como lugares para rodar películas y en mi tesis doctoral escribí sobre la Casa Ennis-Brown y sus numerosas apariciones en las pantallas como escenario en películas muy variadas.
Ahora estoy estudiando el trabajo de John Lautner y en una entrevista he encontrado una curiosa anécdota sobre Wright y el negocio de los grandes estudios gracias a la distribución.
Lautner declaró que Wright:
«Tenía su propio teatro en Wisconsin y también en Arizona, y mientras yo estaba allí como aprendiz, teníamos todas las películas europeas, que eran fantásticas. Mr. Wright amaba los dibujos animados rusos y las películas francesas de René Clair, y vimos lo mejor. Pero no pudimos conseguir las mejores películas americanas debido a sus sistemas de distribución. Requieren que alquiles una mala, junto a una buena. Por lo que acabó por decir al diablo con ellos, desde hace años.
Pero, finalmente, hizo un viaje aquí [se refiere a Hollywood] y lo llevé con el expreso propósito de romper el sistema de distribución de películas; lo que nadie más podría intentar. Era muy divertido. Sin ninguna cita en absoluto, entrábamos en todas las principales oficinas de los grandes estudios de cine.
Mr. Wright decía:
“Bueno, no creo que usted sepa quién soy, pero soy Frank Lloyd Wright, y tengo un lugar en Arizona y un pequeño teatro”.
Casi todos sabían quién era y le decían,
“Oh, sí. Por supuesto que lo conocemos, porque ha sido una celebridad durante cincuenta años, mientras que el promedio de una estrella cinematográfica sólo es de cinco o diez años”.
Así se ven las cosas desde el punto de vista empresarial (…)”
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