UN PABELLÓN ESPAÑOL QUE VALE SU PESO EN ORO
Por Fredy Massad Desde ABC Cultura
“El pabellón de España de la actual Bienal de Arquitectura de Venecia ha sido galardonado con el León de Oro, 16 años después de recibir este premio por primera vez, con el que entonces comisarió Alberto Campo-Baeza. Bajo el título «Unfinished», sus comisarios, los arquitectos Iñaqui Carnicero yCarlos Quintáns, han querido revisar y poner en cuestión la edificación durante la burbuja inmobiliaria y examinar cómo el territorio español fue espacio fértil para los delirios icónicos y una actividad desaforada. Analizar un modelo cuyo fin ha sido antes una consecuencia de la abismal crisisque una consciente decisión por parte de los arquitectos.
Un tema de reflexión imprescindible pero que, lamentablemente, se plantea cuando ya puede parecer demasiado tarde y que –al abrigo del discurso de los tiempos, encabezado por el director de esta bienal, Alejandro Aravena− se arriesga a acabar con una intención más testimonial que agitadoramente crítica y catártica si queda limitada a los márgenes de la bienal. Pero hay un consistente aspecto positivo y de renovador potencial, y es el carácter integrador del criterio de los comisarios, diferente a la parcialidad que distinguió las dos anteriores participaciones españolas en Venecia.
Fuera del sistema
«Unfinished» se articula en cuatro bloques: «Series fotográficas», «Trabajos seleccionados», «Propuestas seleccionadas a competición abierta» y «Entrevistas». Con seguridad, el primero es el más interesante, puesto que presenta un espectro de trabajos realizados desde fuera del sistema, algunos, sustentados en una importante voluntad crítica. Sus siete series fotográficas giran en torno al tema de los efectos del frenesí constructivo y su relación con la crisis financiera. Destacan en particular «Spanish Dream», deCadelasverdes; «Standstill Architecture», de Iñaki Bergera; «Re-Edificatoria», de Adrià Goula, y el sobresaliente proyecto «Nación Rotonda», de Miguel Álvarez, Esteban García y Guillermo y Rafael Trapiello, que analiza con inteligente ironía los delirios urbanísticos y la corrupción (…)”
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