En la periferia
“Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor…”
Así debieron sentirse esos primeros arquitectos, que en la periferia, decidieron salirse e iniciar un camino distinto al del arquitecto proyectista, o por lo menos darle una vuelta a la forma de entender la profesión. Los ejemplos y fórmulas desarrolladas son variados y su fortuna dispar.
Estos tiempos que pueden parecer lejanos, no lo son tanto, y no es hasta hace bien poco que se ha producido la manida apertura a la sociedad y a otros campos, antes desechados vilipendiados y olvidados. Aunque estamos inmersos en este proceso, recuperar el tiempo y la confianza, será largo y tedioso.
Hoy en día, podemos ver diferentes jornadas, ciclos o eventos de índole tan ajena a priori a la arquitectura como actos para emprendedores, donde los arquitectos exponen sus proyectos y los desgranan. Iniciativas que abarcan desde ámbitos más tradicionales (arte, diseño, diseño gráfico, editoriales, etc.) o más innovadores como (investigación de productos, nuevos servicios, desarrollo de patentes, etc.)
Los campos1 son tan variados y diversos que a veces uno se sorprende; aunque, si echamos la vista un poco más atrás, quizás uno se sorprenda menos. Por tanto, la expansión de los límites de la profesión es una realidad y la periferia cada vez es más difusa.
Difusa porque si atendemos a la tercera definición recogida en la RAE “espacio que rodea un núcleo cualquiera”, habría que definir qué es arquitectura, y aquí el tema se complica.
Sin embargo, a pesar de esta proliferación de actos y ejemplos prácticos, resulta cuando menos sorprendente que en las escuela de arquitectura se siga produciendo y fomentando sólo un tipo de arquitecto. ¿Qué sentido tiene producir futuros desempleados o emigrantes?
Si tan claro es que la sociedad demanda otros tipos de arquitecto, ¿por qué las ETSAS de arquitectura no han sabido responder a esta demanda? ¿Por qué no se flexibiliza el sistema de enseñanza? No hablamos de un cambio radical de los planes de estudio, pero sí poner en valor otros campos, mostrando y apostando por otras salidas profesionales.
Esto no quiere decir que las actuales herramientas que te enseñan en la ETSAS sean malas e inútiles; toda formación es útil, pero quizás no se exprima su potencial a fondo.
Si las escuelas adolecen de exprimir otras salidas, algo similar se le podría recriminar a los COAs, e instituciones/entidades de carácter similar, que salvo en casos muy contados llegan a reconocer la labor ingente de estos arquitectos periféricos.
En una sociedad actual donde los cambios son constantes, y más rápidos que la burocracia actual, son esos arquitectos, que por una u otra razón, han sabido adaptarse libres de las ataduras para buscar su propio espacio.
Lo que es innegable es que las tornas han cambiado y es ahora que la profesión de arquitecto está sometida a las amenazas reales de los campamentos de Babaórum, Acuárium, Láudanum y Petibónum. El incierto futuro hace que debemos adelantarnos a los acontecimientos y que no esperemos que una pócima mágica nos salve.
La tan temida nueva LSP, las cotas de paro, la precariedad laboral, la emigración, etc. avanzan imparables cual ejército romano imparable, Por tanto ¿quiénes son ahora esos locos bajitos?