2 minutos
Por Stepienybarno
“Hace tiempo que no publicábamos un post de carácter más reflexivo y, aprovechando que es el día de la arquitectura, hoy nos animamos a ello.
No es la primera vez que hablamos de ajedrez en este blog y, con la excusa de las partidas simultáneas, nos vamos a meter con el día a día de nuestra profesión.
Cada vez, se oyen más voces, entre los propios arquitectos, lamentándose de lo poco útiles que nos ve la sociedad como colectivo. Parece que, muchas veces, solo servimos como peaje para conseguir un papelote que les posibilite hacer una construcción.
Si a ello sumamos que, para cada trozo del pastel que sale en juego, somos demasiados arquitectos al acecho, haciendo bajas temerarias para intentar conseguirlo, vemos que el patio está muy mal; peor que nunca.
El por qué esto no estalla y los más de 50.000 arquitectos no hacen alguna que se vea, puede tener más que ver con la escasa unión del colectivo que con otra cosa. La cohesión, en líneas generales, tanto desde la base hasta las inhóspitas esferas que se supone que rigen el devenir de la profesión (pero que pocas veces dan alegrías a sus representados), no es algo que caracterice al arquitecto que se ha movido más cual llanero solitario que como legión de hormigas.
Así, conviene plantearse y replantearse la profesión para que seamos un pelín más competitivos. A las fortalezas del arquitecto, de las que ya hemos hablado previamente, siempre insistimos que debiera unirse un mínimo de mentalidad empresarial, que, por desgracia, generalmente brilla por su ausencia. (…)”
Acceder al artículo, AQUÍ.
