SENTIR LA ARQUITECTURA. La experiencia en el taller de Peter Zumthor.
Por Stella Róala y Jorge Vidal Tomas.
Desde Proyectando Leyendo
“Los jóvenes acuden a la universidad, quieren ser arquitectos o arquitectas, quieren averiguar si poseen las cualidades para ello. ¿Qué es lo primero que se les transmite?
Lo primero que se les ha de explicar es que no se encontrarán con ningún maestro que plantee preguntas ante las cuales él sepa de antemano la respuesta. Hacer arquitectura significa plantearse uno mismo preguntas, significa hallar, con el apoyo de los profesores, una respuesta propia mediante una serie de aproximaciones y movimientos circulares. Una y otra vez. La fuerza de un buen proyecto reside en nosotros mismos y en nuestra capacidad de percibir el mundo con sentimiento y razón. Un buen proyecto arquitectónico es sensorial. Un buen proyecto arquitectónico es racional. (…)”
Extracto del texto Sentir la arquitectura.
«La arquitectura es siempre una materia concreta. La arquitectura no es abstracta, sino concreta. Un proyecto diseñado en un plano no es arquitectura, solo una representación más o menos incompleta de la arquitectura, comparable a una partitura musical. La música necesita la ejecución. La arquitectura necesita la realización. Es el momento en que su cuerpo toma forma. Es siempre un cuerpo sensual. El trabajo del proyectar, está basado en esta sensualidad corpórea, objetual de la arquitectura, de su materialidad. Hacer una experiencia concreta de la arquitectura, es decir, tocar, ver, sentir, escuchar y oler el cuerpo. Hay que descubrir estas cualidades y adoptarlas conscientemente».
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