

El proyecto de renovación de patios y entornos escolares, como plan y programa de las políticas urbanas de la ciudad y como proyecto arquitectónico regulado, es una asignatura aún pendiente y en incipiente desarrollo. “La ciudad se ha olvidado de los niños, los urbanistas por mucho tiempo han pensado en satisfacer a un modelo de ciudadano que corresponde a un varón, adulto y en edad de trabajar, es decir a una minoría”, dice Tonucci. De la misma manera, ha quedado en el olvido la función vital e integradora del patio de escuela: los niños no entenderán su medio si no lo descubren, conocen y reconocen, si no lo viven en todas sus posibilidades como espacio colectivo. No es casualidad que a la vez que se habla de ciudades sostenibles, haya un creciente interés por los espacios, entornos y caminos escolares.
Todo esto exige revisar y profundizar sobre las ideas, enfoques, programas y experiencias en lo que respecta a la “arquitectura del patio” y de los espacios para el juego en la ciudad. Ámbitos que hoy retoman un renovado protagonismo y en los que hay que conciliar e integrar el proyecto de los espacios escolares en sí con el proyecto de innovación pedagógica, dentro de una visión amplia y ambiciosa orientada hacia una ciudad educadora.
Tres intervenciones realizadas en Barcelona, unos proyectos con limitaciones de tiempo, presupuesto y de normativa, han logrado un gran impacto en el desarrollo de la vida de patio de tres centros escolares: el patio de primaria de la Escuela Fort Pienc; el patio de la biblioteca del Instituto Quatre Cantons de Poble Nou y el área (patio y aulas) de preescolar de la Escuela La Farigola del Clot.
Son tres centros que ejemplifican estrategias y soluciones de conjunto, representativas de diversas formas de intervención, guiadas por unos criterios básicos: por un lado, promover la relación física y las actividades entre las aulas y el espacio exterior es fundamental. Por otro, extender la vida del patio a las áreas próximas desde los centros a su entorno urbano, juega un papel clave en la socialización de las niñas y niños, que de forma autónoma interactúan en calles, plazas, parques y barrios. Así ciudad y escuela cumplen un mismo papel educador. Finalmente, es también importante combatir la monfuncionalidad, fomentar la conformación de lugares, espacios reconocibles, caracterizados y flexibles a la vez, donde se puedan desarrollar actividades diversas y nuevas o apropiarse del espacio de manera diferente. Se trata de transformar los patios en espacios atractivos y verdes y permitir la configuración -mediante la agrupación de mobiliario adaptable en materiales naturales y nobles-, de espacios más habitables para actividades regladas y/o también efímeras, como parte de una estrategia de mejora ambiental y espacial generalizada.
En el patio, espacio público y colectivo de la escuela, los niños -futuros ciudadanos-, aprenden dinámicas de socialización y exploración. Su experiencia se extiende desde la casa al rellano de las escaleras, al patio de vecinos, a la acera y jardines del barrio; y de estos espacios a las calles y plazas de la ciudad, lugares de convivencia donde la tarea pedagógica no es explicita sino implícita en el mismo diseño o re-diseño del espacio. Se trata de entender la escuela como ciudad y el patio como plaza. Las escuelas necesitan siempre más asesorías y proyectos específicos de intervención para mejorar sus espacios.
Pero, si existen ya proyectos de rehabilitación de edificios ¿cuando se dará inicio desde las instituciones a una verdadera política de intervención estratégica y de mejora ambiental en los centros y entornos escolares existentes? Y, también, ¿cuando se podrá intervenir a través de “proyectos regulados de rehabilitación integral” en los patios de escuela?… Tenemos una gran tarea pendiente.
Presentación de los XXIX Premios Habitácola “El patio de escuela” / Arquinfad
EDICIÓN
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Barquillo, 6, 28004 Madrid
fundacion.arquia.com
DISEÑO GRÁFICO
FOLCH
ISSN 2605-3284
© de esta edición,
Fundación Arquia, 2018 © del texto e imágenes, su autor
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PATRONATO
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Vicepresidente 1º
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Vicepresidente 2º
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Directora Fundación Arquia
Sol Candela Alcover
Hace poco leía que España es el cuarto país de Europa donde menos escuela pública hay en Secundaria y el tercero en Primaria. Algo así como el 30% de la oferta educativa pertenece a concertados o privados, de los cuales más de la mitad son religiosos. Muchos de estos centros basan su supuesto prestigio en cierta idea de exclusividad ¿Cómo creéis que la ciudad entraría en estos patios?
Hola Ana,
es cierto lo que dices. Las escuela concertadas, y sobre todo privadas muy a menudo están localizadas en ámbitos totalmente desvinculados de la ciudad. Por un lado esto permite disponer de espacios exteriores del proprio centro de mejor calidad, pero por otro impide cualquier intercambio entre escuela y entorno urbano cercano.
La ciudad puede entrar en los patios, o mucho mejor los “patios” pueden salir a la ciudad. Esta posibilidad de relación entre escuela y entorno en primer lugar se ve propiciada por la localización del centro, después por la voluntad del equipo directivo y docente de interactuar con el espacio urbano de la ciudad, y un tercer factor, no menos importante, sería la puesta en marcha de estrategias y sinergias urbanas de mejora general del entorno (caminos escolares, pacificación o peatonalización de calles, mejoras ambientales, etc.) que inviten a usar el espacio de la ciudad como “patio urbano”. Es difícil…¡pero no imposible!