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A las que habría que sumar las cinco competencias básicas y las siete generales de Grado, y las cinco básicas y tres generales de Máster. Un total de 95 competencias a cubrir con una media de 60 asignaturas (tomando de referencia 6ECTS/asignatura que suele ser el estándar).
Si alguien tiene curiosidad, puede consultar todas las competencias en la Orden EDU/2075/2010, de 29 de julio: https://www.boe.es/boe/dias/2010/07/31/pdfs/BOE-A-2010-12269.pdf
Entre ellos, el III Congreso Nacional del Futuro del Arquitecto en el que participaremos: https://iiicnfa.asejagr.com/iiicnfa/
Arquitectos mediadores, Arquitectas project managers, Arquitectos tasadores, Arquitectas gestoras, Arquitectos de la casa, Arquitectas dinamizadoras, Arquitectos comisarios, Arquitectas certificadoras energéticas, Arquitectos coach, Arquitectas interioristas…
Nos van a perdonar el recurso fácil del título y que, al contrario de lo que ocurre en la película, nos salgan con cierta facilidad más de ocho apellidos, aunque en ocasiones sean algo forzados (o falsos como “Clemente”).
Lo cierto es que el paraguas de la arquitectura parece cobijar cada vez más derivas profesionales y, en ocasiones, surge la duda sobre su capacidad para protegernos de la lluvia -haciendo que nos planteemos si no sería más sensato, en lugar de apretarnos todos bajo el mismo, coger algunos paraguas nuevos porque en los bordes se están mojando-.
Ya desde el año 2007 (Bolonia I), cuando se propuso la reforma de los estudios “conducentes a la obtención del título de arquitecto”, que culminó con la escisión en dos etapas Grado+Máster del año 2010 (Bolonia II); se hizo evidente que el recorte horario impuesto a la carrera iba a exigir un ejercicio de destilación de contenidos en las asignaturas que se estaban impartiendo, cuando no la supresión directa de alguna de ellas. El nuevo modelo europeo se centra y organiza en torno a las competencias, 75 específicas para Arquitectura 1, y, leídas las mismas, nos arroja un perfil académico y profesional muy completo y solvente. La dificultad estriba en la adquisición de las mismas en seis cursos académicos (5+1), con asignaturas cuatrimestrales, que en la práctica suelen ser trimestrales -descontando festivos y períodos de exámenes-, y que deben atender competencias como “conocimiento adecuado de la estética y la teoría e historia de las bellas artes y las artes aplicadas” que, por sí solas, darían para medio grado en Bellas Artes 2.
Con este escenario, resulta muy complicado incorporar nuevas atenciones, al menos sin desatender otras; y se corre el riesgo de confundir con un fondo de armario lo que -en ocasiones- no es más que una prenda de temporada.
Al otro lado de la realidad académica está la realidad profesional, que -más allá de las condiciones de precariedad que otros compañeros analizan de forma mucho más certera en este blog- ofrece a los arquitectos oportunidades laborales no siempre alineadas con lo estudiado. Defendiendo la amplitud de desempeños profesionales y la atención a las tangentes de la arquitectura, no podemos, sin embargo, evitar la duda: ¿cuándo pasa la tangente a ser una recta exterior? ¿No estamos -en ocasiones- usando una teoría de punto gordo para defender el contacto con una disciplina ajena?
La formación generalista que adquirimos las arquitectas nos ha permitido abordar esta diversidad laboral con relativa facilidad -complementado a través de cursos, másteres, o puras horas ante el ordenador y/o un libro, las áreas donde existían lagunas y carencias-. Pero queda, en ocasiones, una sensación de tiempo perdido en la carrera o, cuando menos, de potencialidades truncadas, al comprobar que tu deriva profesional se distancia tanto de lo previsto. Incluso si esta deriva nos lleva a playas más soleadas y con aguas más cristalinas, ¿no podría acortarse la travesía con una formación más orientada y específica?
Este debate, abierto en muchos foros3, pero aun fuera de las universidades, se hace cada vez más necesario. Sin tener aún una respuesta clara a estas preguntas, en ocasiones nos asalta todavía otro interrogante: con tanta mirada a la periferia, ¿quién se ocupa de la arquitectura?
A las que habría que sumar las cinco competencias básicas y las siete generales de Grado, y las cinco básicas y tres generales de Máster. Un total de 95 competencias a cubrir con una media de 60 asignaturas (tomando de referencia 6ECTS/asignatura que suele ser el estándar).
Si alguien tiene curiosidad, puede consultar todas las competencias en la Orden EDU/2075/2010, de 29 de julio: https://www.boe.es/boe/dias/2010/07/31/pdfs/BOE-A-2010-12269.pdf
Entre ellos, el III Congreso Nacional del Futuro del Arquitecto en el que participaremos: https://iiicnfa.asejagr.com/iiicnfa/
EDICIÓN
Fundación Arquia
Barquillo, 6, 28004 Madrid
fundacion.arquia.com
DISEÑO GRÁFICO
FOLCH
ISSN 2605-3284
© de esta edición,
Fundación Arquia, 2018 © del texto e imágenes, su autor
La edición de esta publicación ha sido patrocinada por Arquia Banca.
PATRONATO
FUNDACIÓN ARQUIA
Presidente
Javier Navarro Martínez
Vicepresidente 1º
Alberto Alonso Saezmiera
Vicepresidente 2º
José Antonio Martínez Llabrés
Patronos
Carlos Gómez Agustí
Fernando Díaz-Pinés Mateo
Daniel Rincón de la Vega
Javier Ventura González
María Villar San Pío
Montserrat Nogués Teixidor
Naiara Montero Viar
Directora Fundación Arquia
Sol Candela Alcover
Buen texto, compañera!
Muchas gracias, Ana. Seguro que tu experiencia puede aportar mucho a esta reflexión.
Hola, Raquel.
Aquí un arquitecto con apellido. :-)
Muy de acuerdo en la necesidad de una formación más específica. Por otro lado, en otras áreas más lejanas a la arquitectura, también tenemos la oportunidad de buscar un camino profesional. Eso sí, siempre formándonos y adquiriendo competencias, evitando la teoría del punto gordo.
Buen post. Enhorabuena.
¡Un saludo!
Hola, Joan:
Claro que se puede trabajar en multitud de lugares, incluso en los alejados; como comentas, lo fundamental es formarse en ellos (como cualquier otro profesional que quiera hacer bien su trabajo).
Gracias por encontrarlo de interés.
Un saludo.
Tan sólo una pregunta ¿por qué es falso el apellido Clemente, al cual le tengo un cierto cariño?
Hola Antonio:
Es una interpretación de las palabras de Karra Elejalde en la película, cuando dice que Clemente no es apellido vasco (lo de falso es una licencia propia).
https://www.youtube.com/watch?v=6uhFd0EtorU&feature=youtu.be
Un saludo!