

Bajo el paraguas de la participación suelen incluirse cosas como comunes urbanos, referendums o consultas, okupaciones, talleres, emprendizaje social… que tienen poco que ver en cuanto a metodologías, relación con las administraciones, objetivos… Resulta, pues, necesario distinguir claramente entre unos y otros.
Es cada vez más y más habitual encontrar más ejemplos de participación ciudadana entorno al urbanismo. Podemos encontrar dos grandes razones por las que esto es así: por un lado, la crisis sistémica que afecta al país y, por el otro, el movimiento 15M; que respectivamente han evidenciado las carencias del actual modelo político y económico y han demostrado la posibilidad (y necesidad) de realizar cambios en el mismo. En este contexto, la ciudad se presenta como el escenario perfecto para ejercer estos cambios que demanda una parte de la sociedad (no en vano se trata del momento en el que la relación entre ciudadanía y política es más estrecha) mientras que la participación ciudadana entorno al urbanismo, a su vez, resulta ser un medio ideal para conseguirlos.
Las ventajas de este mecanismoson varias, siendo las más evidentes el hecho de que se trata de actuaciones mucho más rápidas que las del urbanismo tradicional y que, con pocos medios (y por tanto pocos riesgos), tienen una capacidad de transformación física y social muy grandes; o el hecho de que, frente a la globalización que están sufriendo las ciudades y que vemos reflejadas en los edificios icónicos de archistars, se trata de actuaciones consensuadas que están enraizadas en el conocimiento y en la cultura locales. Todo esto no deja de evidenciar algo que, por obvio, no deja de ser importante recalcar: se trata de una forma de ejercer la democracia de forma activa haciendo ciudad.
Así pues, esta eclosión de iniciativas participativas, que, a priori, debería ser un hecho muy positivo, no siempre es motivo de celebración, pues bajo el paraguas de la participación se incluyen cosas muy dispares1 que configuran un ecosistema muy variado cuyo equilibrio es frágil. Esto plantea la necesidad de identificar cuales son los riesgos que se deben evitar y los retos que tenemos que superar para garantizar su supervivencia y expansión. A continuación presento los que, en mi opinión, son algunos de los retos que habrá que resolver si se quiere que las iniciativas participativas pasen de ser oasis más o menos exitosos a una serie de actuaciones en red con auténtica capacidad de transformación real, que propongan nuevos modelos de ciudad y sociedad y actúen como auténticos motores de cambio social:
Bajo el paraguas de la participación suelen incluirse cosas como comunes urbanos, referendums o consultas, okupaciones, talleres, emprendizaje social… que tienen poco que ver en cuanto a metodologías, relación con las administraciones, objetivos… Resulta, pues, necesario distinguir claramente entre unos y otros.
EDICIÓN
Fundación Arquia
Barquillo, 6, 28004 Madrid
fundacion.arquia.com
DISEÑO GRÁFICO
FOLCH
ISSN 2605-3284
© de esta edición,
Fundación Arquia, 2018 © del texto e imágenes, su autor
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PATRONATO
FUNDACIÓN ARQUIA
Presidente
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Vicepresidente 1º
Alberto Alonso Saezmiera
Vicepresidente 2º
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Patronos
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Fernando Díaz-Pinés Mateo
Daniel Rincón de la Vega
Javier Ventura González
María Villar San Pío
Montserrat Nogués Teixidor
Naiara Montero Viar
Directora Fundación Arquia
Sol Candela Alcover
Un tema muy interesante, Carlos.
En Madrid llevamos varios años conviviendo con estas iniciativas y, como mera espectadora, he tenido siempre algunas dudas sobre su efectividad y evolución. Creo que reflejas esas sensaciones perfectamente en el post, y amplias otros puntos que ni siquiera se plantean cuando surge este debate.
Arrimando el ascua a mi sardina, pienso que es necesario establecer una metodología de actuación y una definición de objetivos que, efectivamente, “profesionalicen” este trabajo del arquitecto y permitan, por tanto, que sea un modelo transmisible.
Seguiré atenta a tus observaciones!
Hola, Raquel
Disculpa la demora en responderte, pero he visto ahora tu comentario. Celebro que te haya resultado interesante el post.
Me resulta muy interesante lo que comentas de desarrollar una metodología. Confieso que lo he pensado en alguna ocasión, pero no he sabido por dónde empezar ni me he sentido legitimado a hacerlo, aunque es una idea que me vuelve de vez en cuando: ¿Cómo se te ocurre que podría empezarse a hacer algo así?
Saludos