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Diálogos, eventos y subvenciones en materia de arquitectura y género. Parte I: ANTECEDENTES.

En lo que se refiere al asociacionismo y a la convocatoria de reconocimientos destinados al sector femenino, América le lleva la delantera a Europa. Allí se considera que premiar la labor profesional evidencia el reconocimiento social, potenciando la adquisición de liderazgo. Muchas instituciones otorgan un galardón propio: the Beverly Willis Architecture Foundation  celebra su Leadership Awards Gala; the Boston Society of Architects Women in Design, otorga el Women in Design Award of Excellence.  En Australia, Architecture + Women . NZ  convoca sus Awards en Nueva Zelanda, y en Gran Bretaña, se concede the Women in Architecture (WIA) Award in Architects Journal .

 

Kate McIntosh y Susana Torre

Kate McIntosh y Susana Torre / Arquitectas Pioneras / Women in Architecture International Seminar 2015 / Fotografía de Paola Acevedo

Uno de los primeros eventos documentados en España con temática de género, data de 1998: el “II Encuentro de Mujeres en la Arquitectura”. Las iniciativas pioneras que plantean una llamada de atención hacia la equidad en el panorama arquitectónico parten de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales. Transcurre más tiempo hasta que el ámbito universitario acoge propuestas similares, e inicialmente, se convocan en las facultades de letras. Esto ocurre quizá porque, citando a Carmen Espegel (autora del libro “Heroínas del Espacio. Mujeres Arquitectas en el Movimiento Moderno”) la mujer, tradicionalmente, ha recibido algo más de reconocimiento y consideración en otros ámbitos creativos, “diseño, pintura o escultura”.

Y es que, además de que se acojan retrospectivas sobre la obra de arquitectas como Eileen Gray o Lina Bo Bardi, resulta necesario incidir en la inferior presencia de la mujer en la práctica profesional, de la que, según Beatriz Colomina, profesora de Princeton, prácticamente desaparece tras haber cursado el grado universitario. Miguel Morea, comenta en su blog Arquitectación, que la cuota femenina se reduce drásticamente cuando se “titulariza su trabajo en solitario”. Resulta sintomático que la visibilidad de las arquitectas esté a menudo supeditada a la trascendencia de su trayectoria previa con arquitectos (Moussavi-Zaera Polo, Pinós-Miralles, Scott Thomas-Venturi).

Women in Architecture International Seminar 2015

Women in Architecture International Seminar 2015 / Kate McIntosh, Yasmin Shariff, Inés Moisset; Patrizia Montini, Mariagiulia Bennicelli, Nuria Álvarez Lombardero y… yo misma (saludando a cámara) / Fotografía de Paola Acevedo

En cualquier caso, también en España se están empezando a promover ayudas y subvenciones para la mujer en el ámbito de la empresa y el emprendimiento, así como en el de la investigación a nivel de postgrado de estudios de género, y en el apoyo al movimiento asociativo y fundacional, desde el Instituto de la Mujer y Para la Igualdad de Oportunidades. La Universidad de Sevilla, entre otras, fomenta una convocatoria de ayudas en esta línea. La puesta en marcha de actividades que incentiven la paridad de oportunidades viene dada, siempre, por la detección de carencias manifiestas. Quizá resulte reiterativo recordarlo, pero el apoyo a colectivos desfavorecidos o en situaciones de desigualdad es el fin principal de las subvenciones promovidas desde los órganos institucionales.

En el próximo post, hablaremos sobre las iniciativas y eventos llevados a cabo durante este año 2015. No os lo perdáis.

Por:
Arquitecta en Morph Estudio y Directora de Proyectos de Hospitality. Es arquitecta por la UPV con un posgrado en Interiorismo en IED Barcelona. Ha colaborado como Consultora de Interiorismo en Retail con la Cámara de Comercio y fue la Coordinadora del Proyecto Umbrales by Philips de Visual Merchandising. Fundó un estudio propio y un centro de formación después de trabajar en Typsa durante varios años. Como docente y ponente, ha participado en charlas y talleres en el COAM, la Universidad Rey Juan Carlos, o las Facultades de Arquitectura de Valencia y Alicante. También ha colaborado con la agencia de comunicación de Arquitectura Pati Núñez Agency (Barcelona). Ha diseñado Pabellones, Panteones, Clínicas, Hoteles, Viviendas... y ha publicado proyectos en Proyecto Contract y en Dezeen.
  • Ana Asensio - 21 julio, 2015, 13:40

    Hola Amparo, gracias por tu texto.

    Respecto a las cuestiones de profesión+género siempre he tenido una idea muy clara: Que la desigualdad (manifiesta, patente, obvia) no se soluciona dando ayudas y premios.

    Estos eventos, como una palmadita en la espalda, premian, a las ‘mujeres arquitectas’, no a los profesionales de la arquitectura. Es decir, me explico, esta discriminación positiva lo único que hace es reconocer la profesionalidad femenina como si fuese algo pintoresco. He leído numerosos artículos, he ido a charlas, y he conocido premios de este tipo, y el único sabor que me ha dejado en la boca, como un mensaje subliminal es «Oh, son mujeres, y triunfan. Qué curioso».

    Me resulta muy estimable ver el esfuerzo tan loable que hay detrás de este tipo de iniciativas de reconocer y dar visibilidad a la mujer en la arquitectura, pero realmente el efecto que ejerce, de forma muy interiorizada, es exactamente el opuesto. ¿Qué ocurriría si se dieran los premios a la mejor arquitectura masculina? El mundo se echaría las manos a la cabeza. Y entonces me responderían ‘Claro, pero es que los hombres no sufren una situación de menosprecio, ‘no lo necesitan’. Y ahí es donde entra el machismo velado e interiorizado. Generar igualdad de oportunidades e igualdad de reconocimiento no es decir ‘¡Anda mira! una mujer arquitecta, q loable, q cosa tan inesperada, q luchadora ella q hace algo en este mundo de hombres! (vease la ironía)’. Esas mujeres simplemente hacen su trabajo lo mejor que pueden, igual que hacen los hombres, porque son profesionales.

    Machismo es sorprenderse de que una persona, simplemente por su sexo, pueda hacer algo bien. Felicitarla por ello también lo es.

    Reconocer las desigualdades de trato, eso sí es importante: exigir mismos sueldos, mismas oportunidades, mismos horarios, derechos, bajas, etc. Poner sobre la mesa cuestiones de conciliación familiar, no desde la base de que las mujeres necesiten más tiempo o facilidades para conciliar hijos y trabajo, porque los hijos no son una cuestión maternal, sino biparental. ¿Quieres ayudar a las mujeres en su conciliación familiar? Dale la posibilidad a los padres de estar al mismo ‘nivel’ que ellas. Bajas de paternidad.

    Denunciar abusos y faltas de respeto IMPORTANTÍSIMO. Todas hemos sufrido en más de un trabajo, seguro, el que nos llamen ‘niña!’ o ‘oye chica!’ (Oye no mira, mi nombre es ‘Ana Asensio. Lo pone aquí en esta placa. Soy la encargada de diseño del departamento de comunicación, y me tienes que llamar por mi nombre como al resto’.), o que si estás de mal humor hagan chistecidos respecto a las hormonas y no al estrés, etc.

    Eso es combatir desigualdades.

    Pero dar beneficios, facilidades y premios por hacer, ni más ni menos, que tu trabajo bien, ser una líder, tener ambición, tener éxito, y hacer de ello una cuestión de género, no me parece que en absoluto ayude a defender los derechos de las mujeres. Ayuda a introducir más diferencias

    Ésta, por supuesto es mi opinión como mujer peleona y con liderazgo: no quiero que me regalen nada, no necesito que me allanen la escalera delante. Lo que quiero es compartir dificultades, las mismas, ni más ni menos, y salir airosa de ello, como el resto, sin que nadie me haya tenido que felicitarme y sorprenderse por mi capacidad, como mujer.

    • Ana Asensio - 21 julio, 2015, 13:47

      Te doy las gracias personalmente Amparo ya que me parece un debate ultranecesario, y ver la diversidad de perspectivas al respecto de arquitectura y género, ya que es la única manera de abarcar una globalidad situacional. Un abrazo

  • Amparo Martínez Vidal - 21 julio, 2015, 21:35

    Muchas gracias por el comentario.

    El título refleja lo que se indica en el artículo: eventos y subvenciones. Es un post informativo para mostrar algunas acciones que se están llevando a cabo a nivel internacional en el campo de la arquitectura y las mujeres.

    El tema es tan extenso que resulta imposible abarcar todos los trabajos llevados a cabo desde el inicio de los tiempos y acotar es tarea complicada. Por eso se indica que es una primerísima parte, espero, de muchas entregas.

    En cualquier caso, mi misión es divulgativa, no quiero opinar a favor ni en contra, porque en este tema soy una mera transmisora de un mensaje que está ahí, que existe, y del que cito numerosas opiniones literales entrecomilladas.

    Lo de discriminar positivamente o no es una cuestión a debatir, que está ahí, que se tendrá que valorar, pero que ni se defiende en este post, ni se pretende.

    Un beso a todos.

    • Ana Asensio - 22 julio, 2015, 11:55

      Hola de nuevo Amparo!

      Entiendo la intención informativa del post, así como tu intención neutral al respecto (a lo suizo, jejej), simplemente pensaba que al tener el ojo puesto en estos temas tendrías detrás una preocupación al respecto, o alguna opinión más personal. También, al haber investigado sobre ello tienes más bases para la opinión que otros.

      Al leer también que comenzabas el texto comentando que en América llevan la delantera a Europa en temas de reconocimientos dedicados al sector femenino, entendí tu planteamiento como algo positivo.

      Espero entonces el resto de los post de la serie para tener una imagen más global, así como las opiniones de otros lectores para poder generar debate.

      Un gran abrazo

  • Amparo Martinez Vidal - 22 julio, 2015, 16:22

    Efectivamente tengo una opinión…
    Y como algunos de vosotros sabéis puedo ser subjetiva en ciertos casos. Sobre todo, en mi defensa a ultranza de ciertas cuestiones relacionadas con el marketing y la comunicación. Y con la empresa.

    Pero este tema esta relacionado con un colectivo al que pertenezco (soy mujer arquitecta) pero al que no represento; es decir, no me puedo erigir como estandarte del feminismo arquitectónico ni tampoco lo pretendo.

    Si que quiero aclarar lo siguiente: no me voy a disculpar por hablar de premios para mujeres arquitectas. Es un hecho. De la misma manera que resulta llamativo que durante mucho tiempo la mujer haya quedado relegada a un papel secundario y poco visible.

    Si yo fuese nominada a cualquiera de estos premios los aceptaría con gusto. Ningún tribunal es plural, equitativo y justo porque la parcialidad es evidente en tanto en cuanto lo integran personas y no maquinas, sean hombres o mujeres. Nunca renunciaría a un premio meritorio por una buena labor. No por una cuestión de ambición personal, sino por la promoción que conlleva y la consecuencia que se deriva: tener clientes, tener trabajo. Actitud personal que viene de mi experiencia empresarial.

    Subvenciones. Hablemos de subvenciones y ayudas. Si como mujer tengo derecho a ayudas adicionales para montar mi empresa, las voy a aprovechar. No renunciaría nunca a ellas por entenderlo como discriminacion positiva. No creo que los ancianos, los trabajadores de rentas bajas, los discapacitados, los enfermos, los jóvenes u otros colectivos renuncien a ayudas por sentirse discriminados positivamente… Seria poco inteligente si se tiene una actitud emprendedora proactiva. Creo que mencionar que se necesita dinero y que las instituciones lo invierten a fondo perdido en el sector del emprendimiento y la investigación de las mujeres es relevante. Yo escribo sobre aquello que me gustaría encontrar en la red. Me di cuenta de que se habían hecho muchas referencias a retrospectivas, a libros, a seminarios.

    Pero he querido hablar de premios, ayudas, subvenciones: dinero. No desdeñemos esta cuestión. Las ideas se mueren de hambre en un cajón. Las inversiones las materializan. Y demonizar estos temas no resulta nada objetivo.

    Un comentario mas: Women in Architecture, seminario internacional al que fui invitada, promovido por Eva Alvarez desde la ETSAV me hizo tomar contacto de pleno con muchas entendidas en el tema, con una gran trayectoria, de largo. Y mas adelante, en próximas entregas, hablaré extensamente sobre ello. Esta causa es la causa de grandes mujeres que han vivido ciertas circunstancias y hay que valorar con datos empíricos si se trata de argumentos puntuales o generales.

    En cualquier caso, es importante, mucho, tener acceso a datos, muchos datos, para poder opinar. Y en ello es lo que tratare de «bucear», siempre.

    Un abrazo!

  • Ana Asensio - 23 julio, 2015, 11:54

    Amparo, no sé en qué momento de mi comentario has podido entender que te estaba pidiendo que te disculparas por tu texto, la verdad. Hagamos del debate algo más natural. Sin personalizar.

    Tampoco te he preguntado si tomarías o rechazarías un premio o una subvención por ser mujer (eso es de nuevo personal), sino que como investigadora en el tema, si crees que (y mirando con perspectivas de futuro, y no como acciones puntuales) se puede mejorar la situación laboral de las mujeres a través de subvenciones y premios.

    Este tipo de iniciativas las veo como el ibuprofeno. ‘¿Te duele? Anda, toma y verás qué bien’. Nada que ver con la raíz del dolor o la enfermedad. Y todos sabemos lo que pasa cuando se abusa del ibuprofeno, ¿verdad?

    Tampoco te he pedido que saques la bandera del feminismo (que la providencia me libre de las etiquetas).

    Ha habido un párrafo de tu último comentario que me ha dejado bastante shock y me ha hecho pensar mucho, y es: «Si como mujer tengo derecho a ayudas adicionales para montar mi empresa, las voy a aprovechar. No renunciaría nunca a ellas por entenderlo como discriminación positiva. No creo que los ancianos, los trabajadores de rentas bajas, los discapacitados, los enfermos, los jóvenes u otros colectivos renuncien a ayudas por sentirse discriminados positivamente… »

    ¿Me estás comparando la feminidad con la discapacidad, la vejez, la enfermedad? ¿O simplemente estás hablando de ‘colectivos desfavorecidos’?. Sea lo que sea, los colectivos que me nombras son circunstanciales o generacionales (los jóvenes y ‘las jóvenas’ -ironía-, los/las enfermos, los/las ancianos…). De manera que, si me estás hablando de colectividad, vuelvo a la pregunta anterior: ¿de qué sirve un premio o subvención A LA COLECTIVIDAD? ¿por qué tienen que tener más facilidades en ese sentido las mujeres que los hombres? ¿los chicos jóvenes, que trabajan bien, que luchan, incluso que son padres de familia, quedan fuera? Los hombres tienen otras facilidades. Cierto. Tampoco deberían existir. Equidad, ni más ni menos.

    Simplemente, no me parece justo para ellos, además de estar segura de que no ayuda nada a la posición de la mujer esa pesadumbre de ‘minusvalía’. No nos engañemos. Estas facilidades no ayudan más que individualmente a las ‘ganadoras’, pero no a la mujer (y en tu artículo estás hablando del sector femenino de forma global).

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